Otras Direcciones Electrónicas del Mismo Autor.

 

Ensayos Literarios en «Emergencia Revista» 

«Narrativas Inestables.

Sobre Nostalgía de la Muerte de Xavier Villarrutia.


Sobre la Excrescencia.

Sobre la Pedagogía y La Locura.

Publicaciones en el Doctorado:

http://www.posgrado.unam.mx/fi​losofia/publica/III03gstruck.p​df

http://www.posgrado.unam.mx/fi​losofia/publica/05gstruck.pdf

 

Apéndices Epistemológicos Hermenéuticos:

http://es.scribd.com/doc/60245644/Apendices-Epistemologicos-Hermeneuticos

http://apendicesepistemologicos.blogspot.com/


Novela Despertares:

Anterior Blog de la Novela

http://despertaresmayeuticos.blogspot.com/


Actuales Sitios en Línea de la Novela

http://despertaresdialogomayeutico.blogspot.com/

http://www.iems.df.gob.mx/cs.p​hp?id=638&que=1

http://academicos.iems.edu.mx/index.php/produccion-inst/tercer-coloquio-institucional-de-filosofia.html

http://es.scribd.com/doc/65303619/Despertares-Dialogo-Mayeutico-para-Jovenes-Pensadores

https://sites.google.com/site/despertaresdialogomayeutico/

Blogs Para el Bachillerato

http://alex-filosofiabachillerato.blogspot.com/

 

Blogs Personales

http://iskanderstruck2001.blogspot.com/

https://iskanderstruck2001.wordpress.com/

 

Tesis de Licenciatura

http://es.scribd.com/doc/62874293/Permanencia-y-Orden-en-Tres-Nociones-de-Verdad

Tesis de Maestría

http://www.bib.uia.mx/tesis/pdf/014550/014550_00.pdf

http://es.scribd.com/doc/62871144/Verdad-Ontologica-en-la-Cultura-Un-Estudio-a-Partir-de-Heidegger-Gadamer-Ricoeur-y-Stein

 

Blog en Red Social

http://www.myspace.com/luisstruck2001/blog

 

Dirección Twitter.

https://twitter.com/#!/iskanderstruck

 

Contactos con Organizaciones en Donde Participo.

 http://emergencianarrativasinestables.com/

http://comunidadmiravalle.blogspot.mx/

http://musasdemetalgay.blogspot.mx/


Ternura y crueldad. Escorzos de una fenomenología del encuentro erótico.

Luís Alejandro García Struck.*

Muestra Bataille en su obra El Erotismo que la vida se desenvuelve entre dos principios: la conservación, la defensa de sus límites y la intensidad que pide lo contrario, es decir, la desmesura que genera la disolución. El ser humano sigue sin saberlo guiado por estos dos principios. Cuando defiende las tradiciones se guía por el primero, cuando explora nuevos caminos, buscando la innovación, sigue al segundo. El segundo es la paradoja que permite la renovación de la vida, la reproducción que la pone éxtasis, llevándola a las fronteras de la muerte, por ello el erotismo ha sido llamado la muerte chiquita.

Toda vida conlleva violencia; la violencia es la amenaza de la pérdida de los límites que definen al sistema vivo, lo cual implica el elemento inestable que anula lo existente. La reproducción al llevar la pasión extrema del erotismo rosa con la muerte, disuelve la vida al quitarle la percepción de sus propios límites para llevarla al encuentro con la intensidad extrema de la nada. La agresión en la vida, la provocación de la violencia es parte de la propia evolución, de la competencia entre especies. Es una de las múltiples formas en que la naturaleza ha mantenido su equilibrio vital. Los depredadores controlan las plagas, su existencia muestra la salud de un ecosistema.

La agresión es explosión que parte de una violencia interna, elemento esencial que responde al principio de conservación como fuerza vital que estalla para defender la vida; es una transición del segundo al primer principio, intensa violencia para defender la vida, conservarla, alimentarla. Así el león defiende su territorio de otros leones, la leona caza para mantener a sus crías; mantener la vida para los depredadores presupone actos violentos. Pero también sucede lo mismo con los no depredadores en cuanto que estos compiten por reproducirse, por un mejor territorio, de forma tal que mantienen la vida por medio de la violencia.

La violencia y la agresión son parte íntima de la vida; forman la fortaleza del carácter de los animales, los preparan para afrontar retos mayores. En los sistemas sociales cuando se agota el diálogo, la diplomacia, el único camino para detener la violencia, es la violencia misma. Como muestra Bataille todo sistema social reprime, es violento porque establece un límite circundante que lo resguarda; permite su existencia, su estabilidad bajo un orden basado en prohibiciones, que por más flexible que sea, siempre excluye. Los excluidos son llamados criminales, locos o enfermos mentales, son los seres indigeribles del sistema, los cuales se expulsan para que la organización política pueda mantenerse en pie, para poder cuidar y cultivar lo que queda en el interior de las fronteras.

La crueldad surge del juego, es la forma en que el animal desarrolla su capacidad de violencia. La ballena asesina juega con la foca, no la mata, sino que goza con su sufrimiento, mientras desarrolla todos sus instintos. A veces la madre felina con una presa viva le enseña a sus mininos las artes de la cacería mediante el juego. La crueldad es el gozo por la agresión, por el sufrimiento que la violencia provoca, el gozo estimula la acción violenta, la agresión, por ello la reproducción, defensa y cacería poseen la crueldad, como parte intrínseca de su desarrollo.

En el encuentro sexual la cara del otro se enrojece expresando la pérdida de la percepción de los límites, el goce sufriente del otro nos atrae como un vértigo que nos llama a continuar, a no parar; es un juego cruel que goza del goce y del sufrimiento del otro, un masoquismo porque el goce se encuentra ligado al sufrir la pérdida por un efímero momento de la percepción de los propios límites de la existencia. En el clímax del orgasmo al mismo tiempo que cada uno está encerrado en su propio gozo, ignorando por completo al otro, los miembros de una relación erótica se sienten como si estuvieran fusionados con el todo, en sintonía con el otro. Paradojalmente el otro se manifiesta como aquel que su a vez es el ser más cercano y el más lejano, aquél con el cual se compenetra su corporalidad, penetra o es penetrado por los órganos genitales, por los dedos, por las narices, por los codos o por todo aquello que la creatividad del juego sexual  permita; por las gotas de sudor del otro que se introducen en los poros. El otro envuelve y es envuelto, permea y es permeado. A pesar de todo, en el momento del éxtasis el otro se encuentra en un trance lejano, totalmente ido, embriagado de violento gozo. Levinas define eros como “placer y egoísmo de dos”, pero por otro lado define violencia como “no tener en cuenta al otro”. En el éxtasis cada uno de los dos lados ignora al otro sumergiéndose en la muerte chiquita, para después reconciliarse en la ternura, es ahí donde sucede otra vez el encuentro. El juego sexual es un viaje en donde entre más se acercan y se compenetran los polos de la relación paradójicamente más se alejan, es un viaje que empieza por el encuentro de dos miradas que se alejan en el éxtasis y se reencuentran transformados por el proceso de una alquimia corpórea y emocional, de una profunda metamorfosis, en el tierno descanso del abraso post-orgásmico. Aquel ser violento que siguiendo al dios Dionisio niega, desgarra la individualidad, a la vez que embriaga de placer, ahora es un ser tierno que reposa a un lado, la sublime divinidad de un estado onírico Apolíneo, que por algunos momentos se desearía que no tuviera final. Tarde o temprano las demandas del mundo del trabajo, de los amigos, de la familia, del plan de cada día en este mundo profano de forma violenta separan del ser amado; hacen perder el vínculo, dejando un vacío insaciable que nunca alcanza a llenarse. De esta forma se anhela al otro, se depende de su ser, como si su cuerpo fuera patria, territorio, geografía que se habita. Su ausencia es agonía  de todos los días, falta de arraigo. Agonía que se goza en el placer masoquista de la cotidiana melancolía. El otro habita y es habitado.

¿No es en la ternura cuando se nos hace presente la belleza de la fragilidad, de la vulnerabilidad del otro, en su fragilidad, su dolor, su miseria, como un llamado a cuidarlo?, ¿No conlleva la ternura un gozo por el dolor propio y el dolor del otro, es decir un sadomasoquismo? ¿No es todo ser masoquista un sádico consigo mismo? No toda crueldad alberga ternura, pero toda ternura contiene en el fondo algo de crueldad. La ternura es crueldad que se trasciende a sí misma porque busca el cuidado de otro; responde a un llamado, a un rostro; pero también se siente ternura por cosas, animales, cosas que expresan algo de sí, en las cuales uno se encuentra y se goza, animales en donde se manifiesta el rostro mismo de la vida que nos hermana con el ser vivo más allá de lo humano.

El ser humano ha llevado la violencia a su clímax, al absurdo, más allá del desarrollo de las capacidades de control y dominación, más allá del juego que desarrollan las habilidades del depredador. La ha sublimado hasta volverla arte de la tortura, delicia tóxica en donde la conciencia de que el otro sufre produce un éxtasis maléfico, sumergido en las honduras del sin sentido, enigma frente al cual se estrella la razón. La guerra lleva el juego erótico del cuerpo a la geografía, el guerrero victorioso vive el éxtasis después de la batalla, la víctima vive su agonía. El neo-liberalismo ha llevado la guerra de la geografía militar al mercado voraz en donde la competencia convierte a todos en depredadores y víctimas potenciales de la vorágine. La tortura puede ser tan sutil que ni siquiera se necesita tocar el cuerpo del otro, bastan las palabras, la astuta manipulación para torturar.

Todo gozo extremo, toda experiencia sagrada, toda inmundicia, tienen en común generar violencia. El asombro frente a la belleza extrema es traumático, es violencia numinosa que como mostró Rudolf Otto en su obra El hombre y lo sagrado es al mismo tiempo terrible y maravillosa. El sacrificio es crueldad sagrada a través de la cual se hacen patentes los dioses. Medio por el cual se renueva el pacto y el juego con la divinidad. En el acto sexual ambos son víctimas y verdugos, victimas al perder la percepción de sus propios límites, verdugos al llevar al otro a la pérdida de sus propios límites. El acto erótico es un sacrificio ritual en el cual cada parte es a la vez víctima y verdugo. En el éxtasis a la vez que percibimos como sí nos fusionáramos con el otro y con el todo, nos olvidamos del otro encerrados en nuestra propia experiencia interior, estableciendo un abismo entre uno y el otro. Tras la reconciliación el otro es guardián, héroe, salvador.

La competencia por el poder, el control y la dominación en los seres humanos genera el desarrollo de las artes de la crueldad, desde las más sutiles como la sicológica, la indiferencia del silencio o la manipulación, hasta aquella cuyo único fin es la diversión. La diplomacia y la política son ámbitos donde se desarrollan, en su grado más sublime, las artes de la crueldad. El principal origen de la violencia humana se encuentra en los malos entendidos que tienen raíz en las interpretaciones equivocadas desde una actitud egoísta, individualista o insegura que presupone que el otro es un agresor, por ello uno de los motores de la historia de los pueblos y la cultura ha sido la guerra.

La identidad de los pueblos, de las culturas y de toda forma de institución hace patente la identidad de la persona, que como mostraron Husserl y Merlea-Ponty se constituye a través de la fenomenología del cuerpo, de forma tal que se ubica al cuerpo en relación a otros cuerpos. Aunque hay una semejanza que permite reconocerse como miembro de una misma especie, cada cuerpo es único y singular, lo cual le permite distinguirse de los otros. El cuerpo de un pueblo es el conjunto de una geografía, aunque ésta se encuentre sólo como un territorio simbólico, como el lenguaje y la cultura, que puede no ser una lengua hablada, como la escritura tipográfica de China; la geografía no sólo es el territorio físico, es el espacio cultural, el horizonte de comprensión que se habita, en el cual uno se ubica como un ser semejante entre los otros seres semejantes y prójimos.

Los miembros del género opuesto también se nos manifiestan como semejantes, en tanto que vemos un cuerpo humano, pero también como seres diferentes, con un cuerpo distinto, una sensibilidad distinta, una forma de pensar distinta. Tanto la herencia biológica, como la cultural, marcan semejanzas y diferencias entre los géneros masculino y femenino.

La primera diferencia que resalta, es el tamaño de los cuerpos, en la mayor parte de los mamíferos incluyendo al ser humano, el género masculino tiende a ser más grande que el femenino, lo cual hace patente su desarrollo evolutivo como guardián, que tenía como fin la parte violenta que permitía salvaguardar a la familia o a la comunidad,  en el caso de los depredadores proveerla de alimentos con proteína animal, que permitieron junto con otros elementos en el ser humano el desarrollo del cerebro; la parte masculina asume la audacia del riesgo, la exploración de nuevos territorios y finalmente la conquista de otros. La creatividad de lo masculino se centra en la exploración. La mano masculina crea en trazo firme y brusco.

En cambio, el cuerpo femenino posee entre sus múltiples atributos, una capacidad exclusiva para engendrar y dar a luz, los instintos femeninos requieren de la ternura para que la cría se desarrolle, la ternura es así ese sentimiento que responde ante la vulnerabilidad del otro; la belleza de lo vulnerable se manifiesta en la ternura, como un llamado al cuidado del otro. Así lo femenino ha sido comúnmente a lo largo del desarrollo evolutivo e histórico el elemento que resguarda el lugar en donde se desarrolla la progenie, es decir el hogar. La creatividad de lo femenino se encuentra en la receptividad propia de la hipersensibilidad. La mano femenina crea a través de la delicadeza y precisión de una mano pequeña.

Sin embargo lo masculino y femenino lejos de constituir elementos separables cada uno asociado a un género, se hallan en ambos géneros, aunque tiendan a predominar más en alguno de ellos. Así todo hombre conlleva algo de femenino y toda mujer algo de masculino, inclusive hay hombres con un comportamiento más femenino que masculino y mujeres con un comportamiento más masculino que femenino.

Tradicionalmente el elemento femenino posee la tendencia de buscar un guardián que le proteja, en el periodo de vulnerabilidad que acompaña el embarazo y el resguardo de la cría, sobre todo que le brinde seguridad para poder procrear, en esta vertiente la memoria y el recuerdo de los buenos encuentros forman una parte esencial para la elección de una pareja adecuada que se mantenga a un lado, que sea fiel, que sea entretenido, elementos que  dan  y fortalecen la seguridad.  En cambio el elemento masculino busca un ser que tenga las habilidades para ser una buena madre, que se manifiestan en la ternura, en un cuerpo cuyos labios rojos hagan presente la salud, los senos grandes la capacidad de alimentar a la cría, la proporción entre cintura y cadera la habilidad para parir, elementos que se perciben más en la inmediatez, en donde la belleza de un cuerpo hace patente su salud y capacidad reproductiva; estos elementos nos muestran que el atractivo por el género opuesto, aunque innegablemente incorpora elementos histórico-culturales,  también posee elementos instintivos, productos de millones de años de evolución. Paradójicamente de forma simultánea lo femenino busca en lo masculino algo que lo haga sentir vulnerable; por ello el rebelde, el aventurero, el que expone su vida, el torero, el extranjero, el guerrero atrae. La fuerza física y la habilidad expresan en el cuerpo un ser apto para la supervivencia y para resguardar, el baile y la soltura en la expresión gestual y corpórea de movimientos se convierten en parte de lo atractivo del cuerpo masculino. Lo masculino así se revela como la amenaza que resguarda.

Los cuerpos se atraen en un vértigo mortal, el hombre se manifiesta para la mujer como el extraño, como aquel que sólo por no ser hermano es exquisito misterio, rebeldía transgresora que permite librarse de los límites impuestos en el seno social y familiar; en el violento coito o el juego sexual[1], lo femenino es como una presa que entre más frágil sea, más disfrutable se vuelve el quebrarla, es ese elemento que por ser extraño e inaccesible, es inviolable, prohibido y por ello atractivo,  paradójicamente la atracción propia de lo voluptuoso como nos muestra Levinas, conlleva ese intento de violar lo inviolable, de comer el fruto prohibido, así el acto del coito es transgresión; lo femenino se manifiesta en la ternura, al ser al mismo tiempo vulnerable y bello, como un llamado al cuidado. Lo masculino se manifiesta paradójicamente como un ser que al mismo tiempo que resguarda, amenaza la existencia, seguridad y temor van de la mano, lo masculino atrae porque amenaza pero simultáneamente porque resguarda. El cuerpo masculino al ser mayor envuelve, como una cobija, es resguardo pero también animal frenético que devora la existencia en el más delicioso de los orgasmos. Usualmente en el coito las miradas de lo masculino y lo femenino se encuentran cara a cara, uno frente al otro pero en ciertas posiciones lo masculino toma presa a lo femenino, ocultándose, entonces lo femenino lo pierde de su campo visual, es ahí en donde lo masculino se manifiesta como enigma que invade a la par que embriaga, es ese ser que llega por detrás y sin ser visto abrasa; Desde lo femenino el cuerpo masculino es el enigma el que seduce y atrapa.

Mientras que el miembro masculino se encuentra a la vista del  varón, el miembro femenino se oculta de la vista de la mujer; así el propio sexo masculino esta a la vista, en cambio lo vaginal del sexo permanece oculto como el enigma en la mujer, el hombre vive así su propio sexo de forma primordial desde la visión, la mujer en cambio al no poder ver, más que a través de un espejo su propio órgano sexual, vive el sexo de forma primordial desde el tacto. Por ende, el goce masculino devora con los ojos, el femenino así cierra la mirada de los ojos para abrir la mirada de la piel. Aunque en el clímax el ultimo sentido que se apaga en la nada de la muerte chiquita es el tacto. Mientras la sexualidad masculina tiende al dominio de la visión,  la sexualidad femenina tiende a la vulnerabilidad, del no-ver y en esa medida del no-saber, fascinación por el enigma, fascinación por el misterio.

El ano es más próximo a lo femenino, por ser lugar que se penetra, pero también lugar que expulsa el sobrante, lo escatológico, lo residual; el ano es vulnerabilidad no sólo por no ser visto, sino porque expulsa nuestras vergüenzas,  por ello el ano es  al mismo tiempo vulgar voluptuosidad; cuando el animal defeca,  pierde  la defensa propia del cuidado de su supervivencia, el animal es así vulnerable, de esta forma, ser visto en el acto de defecación es ser vulnerado, porque la intimidad es profanada. El ano es placer, conlleva el placer vulgar infantil, propio de la etapa anal, posterior al gozo oral, del bebe que busca aprehenderlo todo, de saciar el hambre, todo así desde el placer oral se convierte en alimento, el beso es así, gozo del alimento, en cambio, el placer anal infantil es travesura, chiste vulgar, escatología. El ano es más próximo a la vagina que al pene, tanto en su ubicación corporal, como en su función gozosa, el ano es vulnerabilidad, porque al igual que la vagina no está a la vista, y también a semejanza de esta, es muralla, es la resistencia, en esta vertiente, ser penetrado es así ser vulnerado, por ello aquel que es penetrado pierde desde la simbólica cultural su virilidad para ser poseído, el ano así es el elemento universal infantil y femenino que todos tenemos marcado como una herraje en nuestra corporalidad. El ano a nivel simbólico es esa parte impúdica y vulgar del juego sexual.

La vagina a semejanza del ano también expulsa, excreta, en la menstruación, la menstruación es en un nivel simbólico, lo que es la excresencia al ano, sobrante, residuo y por esta vía, estar  menstruando, al igual que el estar defecando, es ser más vulnerable, la menstruación expande la sensibilidad femenina y la lleva a la intensidad de la histeria. A la paranoia de la persecución, de ser visto(a) cuando se es vulnerable. Tanto la excresencia como la menstruación incomodan y en esa medida también vulneran.

En los animales los orines marcan territorialidad, y su olor da señas de cómo se encuentra el otro género, listo para procrear, joven, anciano. En la juventud sobre todo en el género masculino, “echar una firma” sigue como una expresión de marcar territorialidad. A semejanza de la excrecencia, los orines refieren a lo residual, a lo sobrante y lo sobrante en la economía se usa para intercambiar, así, en cuanto sobrantes, hay una coincidencia entre aquello que se intercambia, el regalo, el orín y la excresencia.

Retornando al análisis, inspirado en lo genital. En lo masculino el pene penetra, es la actividad que invade tierras desconocidas, conquista,  lo femenino es pasividad, la recepción vaginal propia de la morada secreta, que resguarda y cuida como el hogar, es recipiente como la memoria, de los buenos encuentros, de la tradición, de los pueblos, tal vez por ello las abuelas son las mejores narradoras de cuentos e historias; pero ambos lados poseen también su lado enfermo, ese que se manifiesta de forma arquetípica en la desconfianza de los celos; porque la morada femenina también chupa como un vampiro, los líquidos de la vida, absorbe la energía, al intentar retener al protector a su lado, en ese cuidado excesivo que se puede convertir en curiosidad impertinente, manipulación para obtener lo que se desea, que se entromete en la vida del otro, hasta la asfixia y  el agotamiento; esa memoria que resentida con lo que paso hace largo tiempo, meses, años, décadas, que no ha sabido perdonar. Lo masculino, asedia, espera a su presa, cancela los lugares de la huida, para  sujetar aprehende a lo femenino, como a una presa, que controla, quiere tener en su dominio. Ante la amenaza presente en los celos la paranoia se apodera tanto de lo masculino como de lo femenino.

Lo masculino en cuanto tiende a olvidar, se encabrona de momento, y en el momento no perdona, aunque con el tiempo, en el olvido perdona con mayor facilidad que el elemento femenino, en cambio lo femenino en cuanto receptividad perdona en el momento  con mayor facilidad, pero con el repasar y repasar de la memoria con el tiempo se añeja de resentimiento, de un “no olvido” que en el fondo nunca perdona. Aprender a perdonar conlleva recuperar el elemento sabio de cada extremo, la receptividad femenina del inicio, y la capacidad masculina para olvidar. Aprender a perdonar, conlleva el darse cuenta de que el otro es un ser frágil y vulnerable como nosotros, por lo tanto proclive al error; aunque en ciertas ocasiones el perdonar, puede ser una insensatez que permite al otro seguir abusando de uno, y entonces el perdón sólo puede ser como un perdón de reserva.

En la conquista lo masculino asedia y  lo femenino es resistencia, que pone a prueba, a la vez que se exhibe como carnada a la presa, de forma que teje su telaraña, con la cual atrapa, lo masculino en cambio a través de la palabra marea, seduce y embriaga, va venciendo las resistencias de lo femenino; si lo femenino resiste es porque se siente vulnerable, por ello espera elementos que le den confianza para entregarse, el ente masculino que vence las resistencias y pruebas de lo femenino, se manifiesta como un buen guardián protector y proveedor de cariño, entretenimiento y bienes materiales, un guerrero, un ser apto para sobrevivir; lo femenino espera de lo masculino la lucha para vencer las resistencias, cada territorio que ofrece lo femenino debe ser conquistado y ganado por el elemento masculino; por ello lo femenino que no resiste no engancha, no involucra la pasión del reto, des-ilusiona al perder cierta chispa en el juego erótico que avanza paso a paso; ambos lados son hechizados unos por los otros, en un lúdico ritual, cuya danza coloca la existencia al borde del precipicio, cada uno es esa copa de vino cuyo vértigo nos lanza a la existencia; Paradójicamente el otro es vértigo que en el éxtasis anula la existencia pero también es ese resguardo que se alcanza después de la batalla de los cuerpos; por ello el que tempranamente abandona el lecho, es visto como miserable como aquel ser que utiliza y trata al otro como a un producto desechable que dice en la etiqueta: “úsese y tírese” para dejarlo en la cruda soledad. Ahí en la reconciliación de los cuerpos el otro/la otra es un ser divino, ser encantado, de parpados cerrados, cuyo sueño no se quiere imperturbar; el otro/la otra es vulnerable, es tierna(o) porque no está vigilante, ni al ataque ni a la defensiva, confía en nosotros.

En el juego de la seducción. Lo masculino en su aventura, se lanza al precipicio para ser devorado en unas fauces que son como una insaciable vagina con colmillos, un torbellino como el fenómeno natural del Maelstrom  en Noruega que con gran talento describe Edgar Allan Poe; en cambio lo femenino atrae a sus redes al precipicio mismo que amenaza con devorarla, en ambos casos el otro es abismo; el juego erótico que es impulsado por la atracción hacia el otro es como la copa de vino, placer refinado y sublime, vértigo mortal que sublima y embriaga. En los dos casos el otro pone nervioso, si la forma vaginal en tanto elemento simbólico de lo femenino es precipicio amenazante, zona oscura e inexplorada, la forma del pene masculino simboliza  el puñal que hiere, que amenaza, que atrae. En el cariño que se encuentra al inicio del juego erótico o en la reconciliación de los cuerpos, la fealdad, el horror y la voluptuosidad de los miembros es sublimada, para volverse elementos que expresan la ternura e inocencia del otro. La forma vaginal se manifiesta no sólo en la vagina, sino en cada lugar donde la piel del otro se encuentra consigo misma, en la línea de la pompas que se llega a extender por toda  la frontera que constituyen las piernas al reposar una al lado de la otra, piel contra piel, en las múltiples líneas fronterizas: entre los senos, los muslos, en el encuentro de los labios, en los parpados, en la frontera entre los brazos y el tronco, en cada línea que produce los movimientos del cuerpo a tocarse a sí mismo, hasta en la frontera de los dedos, en cada recovejo como el ano, la boca, el precipicio de la mirada, las fosas nasales, los poros; Como la vagina al pene lo femenino abraza con sus piernas el cuerpo masculino, es como si todo el cuerpo quisiera abrazar, retener al otro dentro de sí, en cambio lo masculino impulsa el pene al apretar los glúteos, en lo masculino es como si todo el cuerpo quisiera penetrar. La forma del falo, se manifiesta en los brazos, en los codos, en las manos, en las piernas, en cada dedo, en la lengua cachonda, en cada protuberancia que emerge del cuerpo, como la nariz, como cada vello.

La piel invita a ser tocada, a ser mordida, como manifiesta el “cantar de los cantares” en la Biblia el cuerpo del otro es geografía, remembrando la etapa oral es banquete, cada una de sus partes, su sudor, los líquidos que produce y el mismo es elemento geográfico, como el valle y la montaña, el árbol, la cueva, el lago, el rio, el mar, pero también delicia y alimento, miel y elixir. Desde lo masculino las aperturas de la ropa femenina se abren, dejan ver lo encubierto, discretamente se exhiben invitando a la penetración, al lanzarse al precipicio; desde lo femenino las aperturas de la ropa masculina se abren para mostrar el puñal, la mano femenina agarra el cuerpo masculina como la vagina al pene, lo abrasa, lo envuelve, lo exprime, en cambio la mano masculina penetra, invade territorios, se introduce por el escote, por debajo de la minifalda, para llegar al final a su morada en la entrepierna, se introduce como un falo por las aperturas, para tocar y explorar.

El ser masculino tiende a ser visual, mirada que asedia a la presa como el cazador,  el femenino tiende a la receptividad del oído que apunta a la noticia de la comunidad, a la parte comunicativa; lo femenino se exhibe coquetamente, extiende su telaraña, manifiesta su vanidad, así seduce, provoca la vista masculina, lo femenino busca ser visto; en cambio lo masculino envuelve con la palabra, encanta al oído, con la voz grave que vulnera al mismo tiempo que resguarda. La vanidad femenina se encanta con la vista del otro, la vanidad masculina con el ser creído y escuchado, aunque su discurso sea puro choro o mentira. La arena femenina tiende a ser la exposición del concurso de belleza, de los deportes que manifiestan la belleza y la elegancia, la masculina tiende a ser la arena de la acción política, de los deportes que expresan la fuerza y la acción del carácter guerrero.

 La caricia tanto masculina como femenina es provocación, que invita a la acción masculina o a la pasividad femenina. La mano femenina es suave toque, que recorre lenta pero delicadamente la piel, para provocar con su anzuelo a su presa, que a su vez es el depredador  que amenaza con devorar; la mano masculina es brusquedad, elemento salvaje que somete a su presa, de forma tal que lo masculino caza a lo femenino, lo  atrapa, cuando abraza paradojalmente somete y resguarda; por ello la visión masculina se concentra en un punto, como si fuera el agujero por donde quiere penetrar, la mirada femenina se extiende, es receptividad global, como los hilos de la telaraña por donde la araña extiende su receptividad, receptividad vaginal que devora, abraza y resguarda.

Lo masculino es asedio, fuerza y actividad, lo femenino es vulnerabilidad, resistencia y pasividad, desde occidente la paciencia propia de la debilidad, la resistencia, la pasividad y la receptividad ha sido desvalorizada,  por ello se ha perdido la sabiduría del gozo, en el gozo uno es vulnerable porque para gozar hay que bajar el ataque y las defensas del guerrero, la impaciencia del elemento masculino que no espera sino actúa, asedia, como guerrero ataca o defiende, cansa, agota; a veces en su ataque de seducción se pierde en hacer gozar al otro sin dejar gozo para sí; la receptividad del elemento femenino hace  olvidar  la parte activa, en su extremo deja al otro hacer todo, sin nunca decidir que quiere hacer para sí.  Siguiendo en esta misma vertiente en el lenguaje lo masculino sabe expresar su acción, “que quiere hacer”, pero es impotente para expresar lo que siente, en cambio lo femenino sabe expresar su afecto, el “cómo se siente”, pero no sabe “que quiere hacer”; por ello el dicho de que “el hombre propone y la mujer dispone”. Cada lado con sus virtudes, cada lado con sus impotencias.

Lo femenino en su receptividad desea que la palabra masculina la embriague de humor, de delicias, de halagos y caricias, en cambio lo masculino habla para penetrar en la mente femenina, encantarla, seducirla, como territorio inexplorado, desconocido e enigmático. El enigma se encuentra en los dos lados como elemento básico de la atracción, resguardar el enigma es esencial para mantener vivo el movimiento propio del juego de la seducción.

La pasión de conquista es primordialmente masculina en tanto acción guerrera que tiende a atacar, la pasión amorosa es femenina en tanto que es vulnerabilidad; en la conquista se ignora la vulnerabilidad para atacar, en la pasión amorosa el guerrero baja sus armas, se entrega como la presa al cazador; la mujer por ello se encuentra más próxima al amor, lo masculino debe feminizarse para vivir el amor, volverse ternura; en cambio lo masculino es más próximo a la invasión, lo femenino debe masculinizarse para conquistar, para ser acción invasiva.

Aunque a veces lo masculino y femenino se invierten por momentos en la relación y el que es usualmente pasivo-femenino pasa a ser activo-masculino y viceversa, no se puede decir que lo femenino sea exclusivo de la mujer y lo masculino del hombre; más bien en toda pareja aunque sea gay o lésbica encontramos lo masculino y lo femenino, por lo general hay uno de los dos que asume más un papel masculino y el otro que asume un más un papel femenino, puede darse el caso en donde la mujer asuma un papel predominantemente masculino frente a un hombre que asume un papel predominantemente femenino, ambos comportamientos los vamos encontrar siempre mezclados en ambos lados de la pareja, aunque los dos en contraposición y complementariedad tiendan a predominar solamente en uno de los polos de la relación.

Lo femenino se frustra cuando la recepción falla, cuando la resistencia ya no es asediada por el ser masculino, o cuando el asedio precipitado de un corazón o de un erotismo desbocado, no respeta las resistencias y quiere alcanzarlo todo sin pasar por ningún proceso; Lo Femenino se frustra cuando el recuerdo más que ser la nostalgia que embriaga y envuelve, en el mundo onírico de un hechicero, es la amargura que oprime y entristece el alma, entonces lo masculino se manifiesta como mediocre, como nerd, como ser que en su torpeza desespera y genera la histeria, como acosador, como perseguidor amenazante o por el contrario como guerrero que abandona; lo femenino como el recipiente fallido, o resistencia que no tiene a que resistir,  que al no recibir ni resistir siente vacio, angustia, coraje y desesperación, en cambio frente al acosador o frente al corazón desbocado que amenaza la existencia como resistencia sin efectos, como paranoia; cuando lo masculino pregunta ¿Qué quieres? o ¿Qué no quieres? Lo femenino no sabe, sabe lo que siente, pero no sabe lo que quiere, por ello quiere que lo masculino lo adivine; La madurez  femenina conlleva el saber que se quiere hacer y que no se quiere hacer, saberlo expresar al otro, sin esperar que el otro lo tenga que adivinar, saber hasta dónde la resistencia estimula al guerrero y hasta donde lo frustra, en otras palabras saber cuándo es conveniente bajar las resistencias y hasta donde, cuando las resistencias son paranoia y cuando son pertinentes, en este sentido la madurez femenina implica un aprender de lo masculino;  por ello lo femenino busca en el ser masculino aquel que no le falle, que sea un buen proveedor, la fortuna económica, el éxito, el buen humor, la constante lucha por vencer las resistencias y la popularidad son signos del “no error”, de la “no falla”; El buen proveedor, el buen guerrero, es un buen servidor que responde a la receptividad, la adivina, se anticipa a ella como ser exitoso y buen seductor, el buen seductor es el coleccionista de buenos encuentros, sabe ser el mago, el brujo que hace de cada momento un instante de encantamiento, un buen escucha de la receptividad femenina, que sabe vencer las resistencias, mostrándolas como resistencias sin sentido; sabe no precipitarse, adquiriendo un rimo de acercamiento adecuado, ni demasiado lento, que se convierta en amistad, o en relación rosa y noñesca, ni demasiado rápido que se convierta en choque demoledor, evitando así que el atractivo del resistir caiga o que la paranoia femenina estalle.

 Lo masculino se frustra cuando la entrega falla, entonces lo femenino se manifiesta como capricho, furia y/o resistencia que ya no es un reto, sino una resistencia-paranoica sin sentido, que interroga ¿Por qué lo hiciste? o ¿Por qué no lo hiciste? Ante la cual lo masculino es impotente, no puede responder; en el fondo lo que se cuestiona es el ser mismo de lo masculino, esa actividad que hace pero falla, responder al porque de la falla no siempre es posible, la falla apunta a algo que tiene que ver con algo anterior al acto, un estado de ánimo, un afecto, pero también a algo prohibido para lo masculino, la vulnerabilidad que se expresa en el llanto, por ello en lo masculino la vulnerabilidad se oculta, las lagrimas se reprimen, la vulnerabilidad niega lo masculino y afirma lo femenino; La madurez masculina conlleva saber que se siente, aceptar su vulnerabilidad,  su feminidad, aprender a llorar, a contactar con su sensibilidad, con lo que le gusta, con lo que no le gusta y saberlo expresar al otro, sin esperar que el otro lo tenga que adivinar, recuperar la memoria de los buenos encuentros o de los desagrados como criterio de la elección de la pareja, en este sentido la madurez masculina implica un aprender de lo femenino; La buena seductora es aquella que se adapta a la circunstancias, sabe demandar y mantener activo al elemento masculino sin llegarlo a frustrar, sabe resistir de forma que la resistencia sea reto para el elemento masculino y no lucha sin sentido; sabe mejor que él, que es lo que el elemento masculino siente, una buena seductora anticipa la acción del lado masculino. Tanto en lo femenino como en lo masculino el buen seductor anticipa, adivina, aprende del rol del otro; tanto lo femenino y lo masculino dependen de un buen ritmo de acercamiento para que la seducción fusione, ni demasiado lento que naufrague en una relación de amistad, rosa o ñoña, ni demasiado rápido que naufrague en el aburrimiento de la falta de reto para el elemento masculino,  o en la paranoia del asedio para el elemento femenino. El asedio obsesivo es miope ante la receptividad y la resistencia femenina, por ello más que seducir, horroriza, genera paranoia, espanta, reprime el goce, lastima. El problema es que cada conquista tiene su propio ritmo, nunca se repite y varia de persona a p persona, de relación a relación y de situación a situación.

En  los dos casos la pregunta sin respuesta es un instrumento cruel de venganza, momento para manipular al otro,  hacerse la victima e imponerle al  otro el papel del verdugo, haciéndolo sentir culpable. Sin embargo en el fondo la víctima, es verdugo disfrazado de víctima, y el verdugo es víctima disfrazada de verdugo; la relación victima-verdugo se vuelve así harto compleja.

Lo femenino quiere que lo masculino manifieste su saber, porque el saber es síntoma de éxito y poder, el poder atrae porque vulnera, pero al mismo tiempo quiere un ser receptivo que escuche el lenguaje de su afecto, paradójicamente busca algo femenino en lo masculino; lo Masculino busca un ser que sea un buen escucha, que comprenda su saber, que le crea aunque mienta, pero al mismo tiempo busca un cómplice de su aventura, es decir busca algo masculino en lo femenino.

Ante un problema lo masculino busca más una solución práctica, una actividad, que el afecto y la comprensión, en cambio  lo femenino busca más el afecto, la receptividad, la comprensión que una solución práctica, que una actividad; aunque ambos lados buscan tanto lo activo como lo receptivo. En los dos casos la buena seducción, establece un juego en donde cada cual encuentra a su compañero de juegos, a su cómplice. Un juego que se mantiene vivo y se alimenta del buen humor.

Lo elementos que resguardan como lo paterno y lo materno, en contraposición a los elementos que demandan cuidado, como el hijo y la hija, inevitablemente se sobreponen a la relación femenino – masculino, como bien hace patente el psicoanálisis con las figuras arquetípicas de Edipo y Electra; como manifiesta Levinas el hijo es el “otro yo” que es un extraño, un ser que enternece; el otro atrae en su elemento tierno que llama al resguardo materno o paterno, al cuidado; así existe en toda relación una doble búsqueda por un lado de la autonomía materna y paterna que resguarda y da seguridad, a la vez de la dependencia de la/del hija(o) para encontrarse bajo el cobijo del progenitor. Por ello lo femenino busca la dualidad rudo pero tierno, lo maduro que no nulifique al niño; lo masculino también busca que voluptuosidad femenina no nulifique la ternura de la niña interior. Sin embargo esta dualidad progenitor-progenie es transcendida aunque no por ello anulada en la relación de complicidad que implica al otro como a un “compañero de juego” lo cual  constituye un elemento esencial de la madurez de la relación erótica;  cuando esta forma de trascendencia no se lleva a su realización, existen el riesgo de un traspaso  radical de las relaciones del seno familiar al seno de la relación erótica, generando una relación inmadura, en donde el masculino-hijo busca a su mami y/o lo femenino-hija busca a su papi, en donde el elemento progenitor asume las responsabilidades del elemento de la progenie, que huye de las mismas y no logra asumir un saludable grado de autonomía e independencia.

La relación progenitor-progenie se manifiesta el lenguaje en los términos cariñosos de la relación como: papi, mami, bebe, nene, nena, chiquito, chiquita esta trascendencia nunca es total, sino parcial, lo que vuelve harto complejo la relación erótica. Cuando falta la ternura propia del elemento infantil, lo femenino se vuelve voluptuosidad pura, que apunta a términos despectivos como golfa, perra o  zorra, cuando lo masculino pierde el elemento tierno-infantil, se manifiestan términos despectivos, como patán o cabrón; lo cual denota en los dos casos que el elemento infantil en un sentido positivo dignifica la relación, aunque en un aspecto negativo el demasiado infantil, tiende a confundirse con el elemento rosa, ingenuo, noño. La vulnerabilidad de la vejez y la enfermedad, hace que el ser vulnerable desempeñe el papel de la progenie hijo/hija, mientras que el lado saludable el papel del progenitor, padre/madre. En las relaciones de ancianos en donde la vejez vulnera a ambos lados, los roles progenitor y progenie, tienden a intercambiarse de forma constante.

La ternura se halla al inicio y terminó del encuentro del juego erótico, como inicie del ligue y reconciliación de los cuerpos, las palabras ahí son tiernas, aterciopeladas, caricias al alma, como cosita linda, flor, bombillo,  niña hermosa en cambio en la batalla de los cuerpos el lenguaje tiende a la palabra ruda, atrevida, prosaica que asedia, penetra, excita, expresa la grosería, la brutalidad voluptuosa, lo escatológico, el lenguaje sucio y transgresor, como marrana(o), cerda (o), zorra(o),  la palabra puede interrogar en su procuración por el otro, así el diálogo expresa ¿te está gustando?  El otro responde en el buen encuentro responde que sí, y ante ello el otro expresa su agradecimiento y deseo en la frase “me guste que te guste” que expresa ese gozo por el gozo del otro. Al inicio de la seducción se manifiesta las palabras tiernas que van acompañadas  de afirmaciones que tienen como fin vencer las resistencias, “no tienes nada que temer”, “no tienes porque temer”, “te va gustar”, “te agrada”, “en el fondo sabes que lo deseas”, “Recuerda que te la haz pasado bien conmigo, porque no subir la relación a una etapa más”; al final en la reconciliación de los cuerpos, las palabras cariñosas van acompañadas de preguntas como ¿Te gusto? ¿La pasaste bien? Que buscan el testimonio del otro sobre sí mismo; de forma que el lenguaje acompaña al eros, a aquel elemento que lo aviva, lo disloca y finalmente lo niega en el éxtasis orgásmico, reflexiona y da testimonio del encuentro erótico, si no fuera así ningún escrito sobre el encuentro erótico sería posible. 

El ente humano fatal — juegue un rol predominante femenino o masculino — es un ser que ata al otro a la ansiedad desde el vacio de la no entrega total a la relación, es un mal vicio, terrible adicción, en ambos casos pueden ejercer su sadismo porque hay un masoquista, en castellano vulgar el dicho expresa, “sólo puede haber un cabrón porque hay un pendejo y viceversa”;  la femme fatal, demanda y demanda, haciendo al otro su sirviente,  pero no se entrega; el macho fatal impone e impone sin dejar decidir, haciendo del otro su esclavo; en  los dos casos se pierde el valor del otro como otro, se le reduce a ser un útil que no tiene valor por sí mismo, se anula como otro como en un sistema totalitario. Cuando el lado que juega el rol de cruel verdugo siente que puede perder el poder sobre su tierna víctima, como un(a) zorro(a) se disfraza de tierno cordero, pide perdón sólo para poder retornar al mismo juego. La mentira sólo tiene efecto si se disfraza de verdad, de forma análoga el mal sólo tiene efecto si se disfraza de bien; la víctima quiere seguir engañándose, no quiere ver el filo de la navaja que le corta las entrañas. Lo complejo del juego enfermo es que a veces los dos son víctimas y verdugos, o que uno termina en una relación enferma sin quererlo; la victima enamorada de su amor platónico, o aquel(lla) que sufre que lo(a) “corten”,  impone al otro inevitablemente el papel de verdugo; los artistas tienden a veces a buscar —no siempre de forma consiente— seres fatales que los inspiren, en tanto que el ser fatal es la mejor musa creativa, se vuelve inaccesible, estrella inalcanzable, genera desamor y el desamor es la pasión que produce mayor creatividad, así como especialistas en hacerse la víctima, en sabotear su propia conquista, en su desamor  pueden imponerle al otro sin que el otro lo busque el papel de su verdugo. En otro aspecto, el querer “querer” a quien no se quiere puede terminar en un juego cruel en donde casi siempre sin quererlo se termina siendo verdugo. Como querer ser querido por quien no te quiere, es otro juego cruel en el que se termina por ser víctima.

Por otro lado, los seres rosas que expresan lo puesto al lado fatal tienden a fastidiar, en tanto que la falta de malicia de un lado aburre, necesitamos un mínimo de elemento fatal, de sadomasoquismo, de intensidad  para que el otro nos entretenga y nos apasione,  si no el otro se manifiesta como aburrido(a), como un(a) noño(a); necesitamos alguien que como ser deseable llame a la intensidad de la transgresión, del juego propio de la travesura; el ser sin picardía baja el erotismo, desilusiona, frustra; en cambio la picardía implica a lo prohibido que atrae como vértigo. En ese sentido molestar al otro es un elemento básico del buen humor para no caer en el ser rosa y mantener la seducción.

El otro en el sentido de la picardía y del buen humor se nos opone, se burla, juega pícaramente con nosotros haciéndonos sufrir, es gozo masoquista, como el otro a quien fregar es gozo sádico, en una relación equilibrada los papeles se intercambian,  se saben llevar de tal manera que se evita el daño excesivo al prójimo, porque el daño amenaza con terminar el juego. Cuando una parte se daña acumula resentimiento y el resentimiento tarde o temprano clama y reclama venganza, la venganza es buena cuando es parte de la picardía propia del juego y no lleva al extremo de dañar la relación. Sólo los seres frustrados, negadores de los instintos y/o hiper-racionales buscan un ser rosa para tener una relación estable, en tanto que los seres rosas brindan poca pasión pero mucha estabilidad. Si a lo anterior añadimos que el exceso de pasión puede llevar a relaciones enfermas, que por este motivo entre más pasional sea una relación tiende a volverse más visceral e inestable, lo cual no vuelve imposible el tener una relación sana pero si lo hace más difícil,  las pasiones extremas cuando son conflictivas cansan, ello explica porque los seres rosas alivian el corazón; un ser lastimado por una trayectoria muy conflictiva, o por una vida tormentosa, puede llegar a enamorarse de un ser rosa en tanto que este le brinda un refugio para la tormenta, un dulce hogar para refugiarse de la tempestad.

Pero los seres en extremo rosas o en extremo fatales tienden a cansar, unos por aburrimiento otros por desgaste; el cansancio produce fastidio y el fastidio es el único estado emocional que por sí mismo termina con la pasión amorosa, porque aún la desilusión alimenta la pasión erótica del enamorado, en la forma de desamor, de dolor, más el dolor con el tiempo también cansa, por lo mismo genera fastidio, así de forma oblicua la desilusión a través del fastidio, puede acabar la pasión erótica.

Lo interesante es que en la química del juego, cada uno es buen seductor, ser fatal, ser rosa, verdugo o víctima, predominantemente masculino o femenino con personas, circunstancias,  ambientes y tiempos diferentes; dichos elementos de la sopa de la relación cambian con cada pareja,  van variando a lo largo de la relación de tal forma que ninguna relación es exactamente igual. Toda relación y cada uno de los roles conlleva una mezcla distinta de cada uno de los elementos y una distinta variación de los mismos a lo largo de su duración.  Cada elemento es un complejo arquetipo, que definen los límites extremos a los que nunca se llega por completo; en la arena de la existencia  los entes humanos o la realidad se hallan en el interior de los limites de un perímetro, delimitado por los arquetipos (podemos pensar en una forma geométrica de dos o más dimensiones); en donde los arquetipos como modelos ideales que permiten generar parámetros de comparación se mezclan y se enfrentan. La explicación arquetípica sólo encuentra sentido en tanto que  los arquetipos que dan cuenta de los extremos irrealizables son consistentes consigo mismos y  en el fondo expresan elementos que se encuentran de forma escatológica en la raíz de la misma realidad, pero llevados al extremo de su imposibilidad, de forma que el ente real se puede aproximar al arquetipo pero nunca llega por completo a él. La arena es el terreno del juego, en donde cada arquetipo es un hilo tensor, una fuerza, un vector, un rol, un papel propio de la ontología del ser estudiado, de tal forma que cada ente participa de todos los arquetipos en mayor o menor medida, en el caso del presente escrito, podemos concebir dos arenas en las que los papeles de cada posición se desenvuelven, la primera referida al papel que se asume en una relación, la segunda a la relación misma que conforma en su desenvolvimiento su propia identidad de forma interior y exterior, interior en la relación de sus miembros, exterior en relación con la forma en que los otros sujetos externos a la misma reconocen la relación.

Cuando el fracaso del juego lleva a la confrontación, cada lado es a su vez víctima y verdugo, en un combate sadomasoquista y cruel en donde el gozo se niega; la reconciliación sólo es posible cuando uno de los dos lados o los dos, bajan la guardia, ceden ser, ceden en sus pretensiones, en sus ambiciones, para que el ser con el otro pueda ser; así negocian y al final se reconcilian en el tierno juego de caricias, análogamente al juego sexual después del combate es necesario el cobijo de la ternura y la calma. Las relaciones que esperan o que evaden el conflicto, se evaden del hecho de que el conflicto puede llegar a ser tan grande que a la hora del estallido sea imposible la reconciliación. En toda relación humana hay conflicto, por lo tanto hay violencia, la buena relación es la que sabe administrar el conflicto y la violencia que conlleva, saber cuándo estallar y cuando no.

El desarrollo histórico-cultural de nuestras sociedades contemporáneas ha llevado al hombre a desempeñar más el lado femenino, y a la mujer el lado masculino; a la mujer se le exige cada vez más ser un una buena proveedora del hogar y al hombre cada vez más ser un ser sensible, cuidador del hogar; no he de negar que la tendencia no ha sido equilibrada, ni equitativa, sobre todo para la mujer, que aunque ha ganado espacios y equidad, el desenvolvimiento que ha tenido en la sociedad dista mucho de lo que podríamos llamar un trato justo entre ambos géneros.

La defensa de los derechos de la  mujer, no debe ser sólo por darle un acceso hacia lo masculino, sino también en un sentido reciproco que el hombre asuma más lo femenino; occidente ha olvidado lo femenino, lo ha desvalorizado como si fuera “lo vicioso”, “lo malo” y ha endiosado lo masculino como si fuera “lo virtuoso”, “lo bueno”, por ello la defensa de la mujer implica revalorar lo femenino, con todos sus elementos, como la escucha, la receptividad, la resistencia, el pudor, la paciencia, la vulnerabilidad. No determinar una forma de vivencia sino abrir las posibilidades a que cada cual escoja la forma en que quiere desarrollar su vida.

Tendemos anular cada vez más las diferencias entre los géneros, en los roles del trabajo, en la forma de vestir, en el lenguaje propio de la intercomunicación de cada género, hasta en la expresión corporal, evidencia de ello es una marcada tendencia en la moda hacia lo andrógino, cada vez hay más ídolos de la juventud con características andróginas, cada vez la moda es más unisex, lo masculino y lo femenino se tienden cada vez más a mezclar en partes iguales, generando individuos andróginos. Hay que añadir que si el ser de lo masculino y de lo femenino son elementos que se presentan en ambos géneros, no definen por completo la orientación sexual, de forma tal que existen mujeres con actitudes predominantemente masculinas y hombres con actitudes predominantemente femeninas que son heterosexuales, como también mujeres muy femeninas y hombres muy masculinos que son homosexuales; tampoco lo masculino o lo femenino determinan por completo la identidad de género, porque un hombre heterosexual puede identificarse con una identidad de género de una mujer, como aquel que desea ser una lesbiana, como una mujer heterosexual puede identificarse con la identidad de género de un hombre, como aquella que desea ser un gay; en los dos casos el cuerpo y su sexualidad  se  violentan por que la identidad de género no corresponde al cuerpo que se tiene. Lo masculino y lo femenino influyen, predisponen pero no determinan por completo. El comportamiento homosexual y el heterosexual sólo son dos arquetipos más, que en su oposición  generan un eje arquetípico, el cual define en su interior una pluralidad infinita de comportamientos sexuales.

Los elementos intermedios en un eje, como lo andrógino, lo bisexual, lo intersexual, el ser común, el cómplice se presentan como elementos terceros del comportamiento que navega en la frontera entre dos polos, lo masculino y lo femenino, lo heterosexual y lo homosexual, el hombre y la mujer (como identidad sexual), lo rosa y lo fatal, progenitor-progenie que en su lucha por auto-identificarse buscan sus propios elementos, en un ir más allá de los extremos del eje. Lo que  manifiesta  la necesidad humana presente en cada persona de singularización, de distinguirse y diferenciarse de los otros, de identificar cada grupo, cada comportamiento, cada forma de ser, cada persona de forma diferenciada y a sí mismo como un ser irreductible a los otros. Pero también se manifiesta el lado contrario, la necesidad tribal de formar parte de un grupo, de identificarse con una forma de ser, lo cual se manifiesta en todos los movimientos culturales, como en también en aquellos que sin dejar de ser culturales son llamados contra-culturales.

En el juego del encuentro erótico, la ternura y la crueldad, junto con el sado-masoquista caminan de la mano entretejiéndose con todos los aspectos de los elementos arquetípicos a los que hemos referido. De la danza del ligue en donde los corazones resuenan y se encuentran, pasamos a la guerra entre los cuerpos en la cual paradojalmente el otro es a su vez lo más próximo y lo más lejano, para terminar en el retorno propio de la reconciliación del abrazo; para después del juego erótico que lleva a una experiencia en las fronteras de lo sagrado, ser brutalmente interrumpido por el mundo de las obligaciones, que lleva a la agonía de la tortuosa búsqueda del efímero retorno al juego erótico; recorrido de Sísifo que condena la vida al mundo del trabajo con breves paréntesis de fiesta y de gozo. 

Lo masculino que se obsesiona, en su ataque de ansiedad se sabotea al querer hacer todo a la vez, en cambio la sabiduría del gozo conlleva la inversión de esta obsesión: el hacer una cosa a la vez, demorarse haciendo del instante algo eterno, el hacer el amor con los instantes. La ansiedad de occidente que conlleva la vida acelerada que quiere hacer todo a la vez no sabe gozar. El ir venciendo encuentro tras encuentro resistencias es ese juego del poco a poco, en donde un encuentro llega a la profundidad del beso, el siguiente al toque externo, en el siguiente  la parte es tocada en su desnudez, al siguiente se pasa de una parte a otra más intima, así aunque cada encuentro pueda ser intenso, cada uno en su resistencia deja un vacío que lanza a continuar, un residuo de algo por hacer, de una resistencia por vencer, lo cual engancha. Mantiene la tensión y la sorpresa, utilizando la resistencia, cuidando la flama  del deseo en beneficio del gozo. Negarse al que se avienta puede ser una forma de atrapar al otro a través de su deseo, de engancharlo, de provocar e intensificar el gozo; sin embargo la resistencia extrema puede ser elemento negador del deseo, paranoia sin sentido. Saber cuándo y cómo resistir conlleva una frónesis, una sabiduría práctica propia del juego erótico. La resistencia femenina y la invasión del asedio masculino seducen, provocan y violentan. Cuando todas las resistencias han sido superadas en la relación erótica, la imaginación que implica la continua búsqueda de la innovación en la lucha contra la rutina, mantiene vivo el juego erótico;  Cada encuentro es un  volver a poner resistencias, y un volver a vencerlas.

En el juego la intensidad de la vida es agonía que como vértigo lanza a la existencia, la conservación de la vida es expresión de lo inerte, estabilidad que mata, que lleva a la vida gris de un ser que como un cadáver se mueve por inercia, es decir ese ser que crearon las psicologías que buscaron la estabilidad emocional y la adaptabilidad social como objetivos huyendo del elemento indómito del eros; elemento que se ha tratado de domesticar, o al menos administrar a través de rituales y fiestas, en donde como Bataille muestra, son paradojalmente una trasgresión regulada de las prohibiciones.

Psicologías que apuntan a la fría vida del elemento marcial, a la existencia del soldado gris, que han intentado la imposible tarea de reducir todo su ser emotivo a la estructura de un engaño, de una teoría cuyo cobarde fin es la cancelación de lo indómito, de aquellas fuerzas violentas que propician la locura, la inestabilidad. Sin embargo:  ¿No son más violentas ciertas teorías psicológicas al negarnos el elixir de las fuerzas violentas e indómitas de eros al mismo tiempo que negarnos nos afirman?  ¿No es la teoría la que se aleja de nuestra humanidad, mientras que el eros en el fondo reafirma nuestra humanidad? ¿No será la locura, la sin razón afectiva el único camino viable para no morir en las fauces de la razón? ¿No es Eros, en su búsqueda por la intensidad, aquello que los griegos llamaron «farmacon», es decir aquello que da vida quitándola? ¿No son Ares y Dionisio los compañeros inseparables de las aventuras de Eros?

Las psicologías cancelan la experiencia de lo otro al reducirlo a la racionalidad de lo mismo, lo otro así convierte en un mero espejo de sí, un ser que se gesta desde sí mismo como parte de uno, que atrae o repulsa, porque refleja algo de uno, al otro al encerrarlo en la cárcel de la representación, de la explicación, se le anula como otro, en cuando se le niega su enigma y su misterio; pero sin enigma y misterio, no existe el asombro y la belleza, por lo tanto sin ellos no existe el amor.

¿Qué sería el eros si no fuera mutua-codependencia? Sin dependencia el deseo por el ser amado pierde su raíz, el otro es en el erotismo alimento y adicción que mantiene la existencia. La codependencia no es mala, lo que es malo es que se vuelva tan extrema que niegue por completo la singularidad y autodeterminación de cada una de las partes. ¿Qué sería la vida de la relación erótica sin la pasión co-dependiente del erós, sino una fría relación entre soldados, entre seres muertos en vida, ensimismados en la estabilidad de una estructura hiper-racional?

¿No será eros, violento e indómito el sentido de la sin razón, que mueve toda razón y hace posible cualquier otro sentido? ¿No vivirá Atenea, la diosa hipócrita, ocultando su eterno estar en copula con cada uno de los objetos de su interés y  su inmortal coito con el dios eros? ¿No será aquella diosa que se disfraza de virgen la más corrompida de todas? Más cuando el trueno de la sabiduría de Zeus —esa que se encuentra más allá de todo saber, en el “no saber” — cae  sin compasión sobre Atenea, está se disloca, es descuartizada mostrando en su interior las fuerzas indómitas de Eros.

Cronos persigue al efímero Eros, que se escapa dejando la Némesis de su agonía, el amoroso sabe que vive atado a la incertidumbre del día a día sin garantías, al capricho de un cruel Eros, que no atiende al llamado, que viene cuando no es llamado y que se escapa en el momento menos pensado. La única forma de vivir a Eros es vivirlo día con día, demorarse con él, para él, en él y por él, haciendo el amor a los instantes, Eros es cruel porque lleva a quien quiere poseerlo a las fronteras de la muerte en el clímax del orgasmo, Eros es cruel porque ata cada lagrima, cada risa, cada instante a la agonía.

¿Existe algo más profundo que Eros? Si, el ágape, que se manifiesta en el dar de forma espontanea e incondicionada, más allá de todo interés. Sin el ágape, el eros, y el amor de la amistad, al cual los griegos llamaron filia, no son auténticos, en tanto que la autenticidad de la relación, es decir su verdad, exige el aspecto desinteresado; las relaciones sin ágape se reducen al mero interés, al cálculo del beneficio que niega el milagroso emerger de la espontaneidad.

Mientras que la sabiduría de Eros siempre conlleva algo se astucia, picardía y malicia, la saber del Ágape es la sabiduría de la inocencia; El Ágape es el dios de la más profunda verdad, aquella que se enraíza en los nobles de corazón, ellos son los únicos que pueden vivir en esta verdad y sin esta verdad ninguna relación humana es auténtica. Filos en cambio es la sabiduría de la complicidad, del guiño de ojo entre los socios,  los amigos son ante todo cómplices; Filos es el dios de la sabiduría del confidente, en el intercambio de la palabra, del testimonio de cada uno de los dos lados de su propia experiencia.  En casi toda relación humana que se aprecie de ser directa y profunda, encontramos una mezcla en distinta proporción de los tres dioses. La relación Erótica se aleja de Filos, porque el amigo ideal es aquel por el cual no hay un interés Erótico que pongan la palabra y el gesto  al servicio de la seducción; idealmente al amigo no se le intenta seducir, es un igual, aquel que se encuentra por encima o por debajo no puede ser amigo en el sentido profundo del término. En la relación erótica madura, en tanto que conlleva el juego de la complicidad, siempre hay algo de Filos.  

El eros más cruel y más violento, no es el pícaro, ni el malicioso, cuyo ser fatal puede ser bienvenido en el juego de la seducción;  por que tales atributos lejos de encontrarse siempre en contra del ágape, pueden ofrecer al otro una oposición con la cual enfrentarse, que le permite  el forjarse un carácter; un ser que crece sin obstáculos, resistencias, límites y oposiciones termina siendo un sociópata que no sabe lo que quiere, que no sabe caer y levantarse; el fallar ante sí y ante los otros, la experiencia de la conciencia de que se hizo mal, lo que llamaríamos culpa son base tan indispensable de nuestra formación humana, como lo es el enfrentar aquel ser que hace escarnio, que se burla de su presa; el enfrentarse a la malicia o a la picardía genera carácter, pero también nos introduce en un dinamismo lúdico, que conlleva un gozo.

El eros más cruel es el maquiavélico, que sólo valora al otro en cuanto medio y nunca como un fin; es aquel eros que no entrega la mirada,  que no viene acompañado de la amistad, que esconde sus intenciones, que se evade del otro, es el eros sin ágape, sin Filos, que rehuye al encuentro profundo de las miradas. El ágape nunca se da en un estado puro, sin mezcla,  en toda relación humana se busca algo por mínimo que sea, aunque sólo sea la satisfacción personal de hacer el bien y sentirse bien consigo mismo, es decir el ser buenas personas, que como mostrara Derrida, es un satisfactor más simbólico que material;  Magistralmente Derrida señala la cancelación de la espontaneidad del don en la retribución simbólica, pero se equivoca en querer ver sólo un aspecto como si fuera el todo, en esta vertiente como afirma mi maestra María Roza Palazón el que exista la retribución simbólica no niega la espontaneidad originaria;   Si las relaciones se redujeran solamente al cálculo interesado, perderían su autenticidad y dejarían de ser profundas.

El eros enfermo, en el que ambos lados reducen al otro al ser del instrumento para la autosatisfacción, cosifica al otro al negarlo como persona; cuando a demás es vicio fatal, llena de vacío generando una relación autodestructiva para ambos lados, la violencia, la crueldad, ahí dejan de tener sentido, cada uno de los dos lados absorbe al otro como un vampiro, como una droga a la cual se es adicto, que en el acto de ingerirla nos lleva al auto-aniquilamiento. Aún más violento el eros que en su resentimiento sólo espera negar al otro, a su objeto del deseo; ese eros entregado de forma irracional al odio, a esa pasión sin sentido por la aniquilación. Ahí la malicia y la picardía dejan de ser simple travesura para convertirse en manifestaciones de la maldad.

En cambio cuando el eros con el trasfondo de ágape, viene cuando de los dos lados de la relación acontece la mutualidad, como Ricoeur la concibe en su obra “Caminos del Reconocimiento”,  la cual es  paradójicamente reciprocidad no buscada, encontrada de forma espontanea y por lo mismo desinteresada, en donde dos almas se entregan mutuamente en el ágape; la mutualidad es en el fondo la raíz que permite y permea la verdadera relación erótica de pareja y la verdadera amistad, lo que Paul Ricoeur en su obra —coescrita con Andre LaCoque— “Pensar la biblia” llama amor nupcial, que no es el institucionalizado por el matrimonio, sino el que surge de ese encuentro erótico espontaneo y milagroso entre dos seres que se aman. Ahí el amor es el milagro mas cotidiano que existe, el espíritu se hace cuerpo, el cuerpo geografía y banquete. Ello no niega el sado-masoquismo, la violencia, la crueldad del elemento erótico, sino que les da sentido,  espesura y profundidad, reuniéndolos con sus elementos contrapuestos como la ternura, la paz, el cuidado del otro, enriqueciendo el juego erótico.

El buen Eros conlleva el mutuo bienestar que, alimentado por Agape,  enriquece y permite el crecimiento de ambas partes; Este buen dios conlleva la mutua resonancia, donde la mirada del otro da una tierra, una referencia para que el corazón resuene; Este buen Daimon[2] siempre se encuentra acompañado del  mutuo de la picardía y del humor. En cambio el mal Erós, conlleva esa mutua atadura por el vacio, que como un mal vicio carcome el alma y oprime el corazón, alimentando el desequilibrio, la disonancia, el maquiavelismo, la burla, el uso y abuso, la paranoia y el maquiavelismo, en donde cada uno encerrado en su propio egoísmo, lleva la relación a un macabro juego de mutua aniquilación.

En cambio, ahí cuando dos miradas coinciden,  cada una expone el corazón de su fragilidad, de su vulnerabilidad en el donarse y entregarse al otro, como si se tendiera un laso invisible de los corazones a través de las miradas,  sucede el más maravilloso milagro del amor, que como gran hechicero demora al tiempo, exorciza los demonios, encanta la existencia y resguarda el corazón. Si el ser humano en su más profunda esencia es la vulnerabilidad del ágape, que es el elemento profundo del amor, entonces el género primordial no es como expresa la biblia el género masculino, cuya tendencia conlleva la negación de lo vulnerable, representado por Adán, sino del género femenino que se expresa mejor en la fuerza de Lilit, que podría manifestar la pasividad femenina indómita, la vulnerabilidad que no se somete sino que resiste, la fuerza que demanda, en contraposición a la sumisión de Eva, que se somete a la figura masculina de Adan, que queda como elemento femenino desvalorizado por una cultura misógina que lo ve como un mero sobrante, cuyo génesis es la residual costilla de Adan. La ciencia médica, reforzaría esta aseveración, al constatar que en un primer momento el ser humano es femenino, en esta vertiente es la testosterona la que genera el proceso de transformación de un género a otro, si no fuera así no podrían existir mujeres con cromosomas “xy”, o con el llamado síntoma de insensibilidad andrógena que genera mujeres infértiles, que nunca se trasformaron físicamente en hombres por su insensibilidad a la testosterona[3].

Por instinto, de forma espontanea cada mirada que ama busca en la otra mirada ese otro ágape interior; Así las miradas, llevadas por el juego, se recorren, se interrogan se sonríen, se vuelven cómplices de una relación,  es ahí donde sucede la parte más profunda en la danza erótica  del amor. Uno al otro, preguntan lo que ya sospechan por el testimonio de los efectos en sus vidas: ¿Me amas? Y uno al otro se responde sí. La interrogante  apunta al ágape desde el eros, porque uno en la relación erótica, como todo ser humano,  ama que lo amen y espera que lo amen, la pregunta compromete y al que no ama violenta e incómoda, que por más ingenua que se vea, se presenta como una intromisión impertinente en la vida de uno; tampoco niega esto la espontaneidad del ágape sino como mi Maestra, la Doctora María Rosa Palazón la afirma siguiendo a Nietzsche: toma testimonio de él a través de sus efectos.

Cuando la respuesta es una mentira, aunque por compasión por el otro, por ese miedo a no hacerle daño se halla entregado, es un hecho cruel y violento, cuando el engaño cae o cuando la respuesta es desde  el inicio es negativa el vacio gobierna la vida y el hechizo por el otro termina, por ello el ágape puro sólo se da con los terceros, con aquellos que trascienden toda relación entre un tú y un yo, como Levinas diría, siguiendo a Don Quijote:La Viuda, el Huérfano y el Extranjero. Aquellos desconocidos que se les da más allá de todo interés.

En la mutua confirmación del hecho amoroso, cada uno se sumerge en el mundo onírico, se acobija en el otro, que cuida y procura. En aquel ser que de forma espontanea llego a ser un tierno tesoro. Esa divinidad humana que hechiza, cuida y de la cual se cuida. Podrá no durar toda la vida, tal vez naufrague en el abismo de los conflictos o se fortalezca en cada emerger, pero mientras dura es la magia más humana que envuelve la existencia.

El caprichoso Eros puede llegar en el primer encuentro entre dos miradas, puede que llegue después de décadas de amistad o puede que nunca llegue, o que llegue a des-tiempo generando el desencuentro, entre un ser que ama a otro que no lo ama, pero que lo amó cuando él no lo amaba, el caprichoso Eros, va y viene, como potro indomable sin ley alguna.  

La mayor parte de las veces la relación erótica está condenada a una breve duración, o a transformarse en una bella amistad con ocasionales encuentros erótico cariñosos, en donde después de años durante efímeros momentos puede resurgir Eros, como una segunda, tercera o cuarta luna de miel, o en una relación que vive de la nostalgia de un pasado en donde el dios Eros estuvo alguna vez presente; pero también puede terminar en una relación monótona,  rutinaria por mutua conveniencia o costumbre; a veces nunca existió Eros, sino tan sólo una amistad con encuentros eróticos, una relación por conveniencia y/o una relación rutinaria sumergida en el sin sentido, en la que no se sabe ni como, ni porqué  se comenzó; en otras por el contrario Eros se hace presente después de años de relación.   Sin embargo  a pesar de todo, existen ciertas excepciones tan extrañas que parecen milagrosas en las cuales Cronos hechiza a Eros, lo encanta, le quita la inmediatez del frenesí y le da una tierra donde echar raíz, en donde Eros se constituye en un verdadero amor nupcial, entonces Eros se añeja como los buenos vinos, toma cuerpo y firmeza. Esto no lo hace inmune a los conflictos y avatares de la existencia tan sólo lo fortalece y en esta medida le permite sobrevivir a los mismos y extender su duración, en ocasiones hasta la muerte de alguno de los dos amantes, inclusive a convertirse en un culto en culto del superviviente por el ser amado que ya murió.

Tal vez parece leyenda inverosímil, fantasiosa ficción, una coincidencia en un millón, cosa efímera que se pierde como fantasma en el tiempo, pero aquellos que lo viven o que en algún momento lo vivieron, o lo testimoniaron en otros seres cercanos como familiares o amigos, en el fondo de su ser saben que existe. Y los más afortunados, aquellos que les ha durado décadas o lo largo de toda una existencia, saben ya ancianos o cercanos a la muerte que puede durar. Pocos  testimonios del buen, gran y verdadero amor en la relación erótica existen a lo largo de la historia, sin embargo existen, se manifiestan cuando cada uno de los amantes hace culto al otro, lo divinizan,  lo convierte en destino de su adoración. Y….¿Qué puede hacer uno al saberse amado por el ser amado sino agradecerle al otro, la fortuna por haberlo encontrado?

Si el agradecer es reconocerle al otro del don que nos ofrece, perdonar es volverle a otorgar el don; sin el agradecimiento y el perdón ningún amor es duradero, son modos cotidianos de procurar por el otro, de aceptar que el otro como cualquier otro ser humano es un ser falible, con errores y defectos; Perdonar y agradecer son modos del cuidar por el “nosotros”. Pongamos un altar al ser amado, donemos como ofrenda una sonrisa, agradezcamos su compañía con poesía, si termina… guardemos sus tesoros en el cofre de la memoria, mientras dure durara y si dura hasta la muerte ¡Que fortuna!

Bibliografía.

La Biblia.

André LaCoque & Paul Ricoeur. 1998. Pensar La Biblia, Ed. Herder, Barcelona, 2001.

BATAILLE, Georges. 1957a, La Literatura y el Mal., Tr. Lourdes Ortiz, Taurus, Madrid, 1977 (La littérature et le mal, Gallimard, París, 1957)

— 1957b, El erotismo, Tr. Antoni Vicens y Marie Pauln, Tusquetes, México. 2005. (L’Èrotisme, Les Éditions de Minut, Paris.)

— 1971, Las lágrimas de Eros, Tr. David Fernandez, Tusquets, 2002. (Les Larmes d’Éros., Jean-Jacques Pauvert, 1961.)

DERRIDA, Dar(el) tiempo. I. La moneda falsa, Barcelona, Paidós, 1995

HUSSERL, Edmund., 1986, Meditaciones Cartesianas, Fondo de Cultura Económica, México.

— 1995, Investigaciones Lógicas, Alianza, Madrid.

LÉVINAS, Emmanuel, 1971, Totalidad e Infinito, Sígueme, Hermeneia, 8, Salamanca. 1997

— 1976a, Difícil Libertad, Caparrós, Espirit, Madrid. 2004.

—1978, De otro modo que ser, o más allá de la esencia, Sígueme, Hermeneia, 26, Salamanca. 1999.

— 1991b, Entre Nosotros, Pretextos, Valencia. 1993.

McCARY, James Lesleie & McCARY, Sthepen P. 1992. Human sexuality. Ed. Wadsworth Publishing Company, a Division of Eadsworth, California.

MERLEAU – PONTY, Maurice., 1993, Fenomenología de la percepción, Península.

RICOEUR, Paul, 2006, Los Caminos del Reconocimiento, Fondo de Cultura Económica, México.


* Maestro en Filosofía por:La Universidad Iberoamericana. Actualmente doctorando porla Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor enla Escuela Nacional de Antropología e Historia.

[1] No toda relación sexual es coito, puede no haber penetración, es posible que los miembros sexuales jamás se toquen y aún así se den todas las etapas juego sexual. Sin embargo el fenómeno del coito es paradigmático del juego sexual, cada lado de la relación asume la fenomenología corpórea del coito pene-vagina en los roles que desempeña frente al otro(a).

[2] En los Helenos (Griegos), los daimons eran los seres intermedios entre los dioses y los hombres, en su mayoría eran fruto de  la relación entre un ser divino y uno humano. La mayoría producto de amores furtivos, de infidelidades, pero no todos, porque había habido un tiempo de matrimonios legítimos entre dioses y hombres, como lo muestra el mito de las bodas entre el ser humano Cadmo y la diosa Harmonia. Los Daimonos, junto con las musas y las ninfas se parecen a los Angeles de la mitología hebrea-cristiana-islámica en cuanto también desempeñan el papel de mensajeros, de comunicación entre lo divino y lo humano.

[3] Cfr. McCary. Human sexuality. Ed. Wadsworth Publishing Company, a Division of Eadsworth, California, 1992. 

LA RETÓRICADELA EVASIÓN, O DELA INAUTENTICIDAD.

Luis Alejandro García Struck.

1.- Gorgias:

A).- Gorgias en su retórica de la evasión, afirmaba tres tesis:

1.- Nada Existe,

2.- Si algo existe no lo podemos conocer,

3.- Si lo pudiéramos conocer no lo podríamos expresar.[1]

B).- Explicando lo anterior, en la forma de un método de la evasión, a través de tres pasos; uno por cada tesis:

1.- El primer paso es negar la existencia de algo.

2.- Si ya no se puede cumplir el primer paso; entonces el segundo paso consiste en negar toda responsabilidad o conocimiento de ese algo; lo que se llama lavarse las manos.

3.- Si ya no se puede negar la responsabilidad o el conocimiento de ese algo; entonces el tercer paso consiste en justificar la necesidad de que se mantenga como un secreto, de la no-resolución del problema, o al menos que se niegue su importancia; En este paso el chiste es dejar todo como está produciendo un estaticismo.

C) Aplicación.

C.1).- Aplicación a la retórica política actual.

1.- El Fobaproa no existe.

2.- No Sabíamos del Fobaproa

3.- El Secreto Bancario.

C.2).- Aplicación a la evasión de los conflictos humanos (Como una forma de evasión de nuestra propia oscuridad, o  en otras palabras, de ocultamiento de nuestros propios conflictos):

1.- El Conflicto no existe.

2.- El conflicto no me incumbe, no es mi culpa, no es mi conflicto.

3.- No tiene sentido resolver el conflicto, no es importante resolverlo, lo mejor es dejar todo como está.

D).- Como Hacer una cadena infinita o un círculo vicioso a partir de la estructura del argumento de las tres tesis de Gorgias:

La primera tesis es negativa: no-A

La segunda tesis dice: si la primera tesis no se cumple entonces se niegan otro aspecto: Sí A entonces no B.

La tercera tesis: Si ni la primera, ni la segunda tesis se cumple entonces se niega otro aspecto. Sí A y B entonces no C.

D.1).- Formalización Lógica.

D.1.1).-De tal forma que queda así:

1.- No-A

2.- Sí A entonces no B

3.- Sí A y B entonces no C

D.1.2).-Podríamos hacer una cadena infinita de esta manera:

4.- Sí A, B, C entonces no D

:

:

N.-Si A, B, C,…….N entonces no (N+1)

D.1.3).-Y un círculo vicioso agregando:

N+1.- Sí “N” entonces ya para ese momento “no-A”

De tal forma que esta última proposición nos dice que ya no tiene sentido el problema original, porque después de todo el proceso las cosas cambiaron en el tiempo, y por lo mismo, el primer aspecto ya no se cumple.

D.2) Aplicación al círculo del amante vicioso:

1.- Lo más seguro es que no me ames.

2.- pero si me amas, lo más seguro es que no te des cuenta,

3.- pero si te das cuenta, lo más seguro es que no lo aceptes,

4.- pero si lo aceptas, lo más seguro es que no quieras,

El argumento del círculo vicioso provoca un estatismo; también se podría aplicar a un proceso burocrático. Ejemplo: En el primer trámite, se pide actualizar la copia del acta de nacimiento con un formato recientemente vigente; En el segundo tramite, se actualiza el numero del servicio social a partir de la copia actualizada del acta de nacimiento; En el tercer tramite, la cartilla se actualiza con la actualización del numero del servicio social; Y así de trámite en trámite, hasta que en un determinado número se pide otra vez la copia actualizada del acta de nacimiento, ya que a lo largo del arduo proceso burocrático, que duro un considerable tiempo, se renovaron los formatos de las copias del acta de nacimiento…..; De tal manera que obtenemos un circulo vicioso donde nunca se termina, ni se avanza. Este tipo de procedimiento vicioso es aplicable cuando se quiere aparentar que se está negociando y resolviendo algo cuando realmente sólo se está estacando el proceso.

2.- Protágoras:

A).- En su retórica sofistica de la evasión, afirmaba la siguiente tesis:

1.- El hombre es la Medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son.[2]

Esta posición da origen a un relativismo, que no significa la negación de toda verdad cosas, sino más bien de toda falsedad. Cada vez que alguien afirma algo, desde su propia circunstancia y situación, tiene la razón.  El que todo mundo tenga la razón produce un estancamiento para toda forma de discusión, debate o encuentro de posiciones, porque no nos permite tomar partido por partido por dos o más posiciones en disputa. Lo que se evade aquí es darle solución al problema o conflicto  que se está discutiendo.

B).- Explicando lo anterior, en la forma de un método de la evasión:

1.- Se le da la razón a todo mundo, aunque no la tengan. (Argumentando a favor de cada uno de los puntos de vista)

2.- Se prolonga la discusión en asuntos banales, y no en el conflicto en sí, dando lugar a interminables mesas de discusión, que nunca llegan a una solución.

C).- Aplicación:

C.1). Aplicación  en la política actual:

Se Arma una mesa de negociaciones para detener la lucha armada, en el territorio de Chiapas, nunca se llega a una solución, porque se mantiene un discurso oficial, en donde no se reconocen los propios errores y se intenta decir que los bandos están del mismo lado, tienen los mismos intereses y que aunque los dos tengan posiciones contrarias entre si, los dos tienen la razón.

C.2).- Aplicación a la evasión de los conflictos humanos (Como una forma de evasión de nuestra propia oscuridad, o  en otras palabras, de ocultamiento de nuestros propios conflictos):

Dos o más  personas tienen un conflicto entre sí, y no llegan a ninguna solución, porque cada cual cree tener la razón, aunque cada uno tenga distintas posiciones.

3.- Trasímaco:

A).- En su retórica sofistica de la evasión, afirmaba la siguiente tesis:

1.- Lo Justo es lo más conveniente o útil al mas fuerte, o poderoso.[3]

Esta posición sostiene que lo Justo no es absoluto, sino que depende de los intereses de los fuertes o poderosos.

B).- Explicando lo anterior, en la forma de un método de la evasión:

1.- Si se es el poderoso, se impone la decisión de uno, argumentando que se tiene razón simplemente porque se es la autoridad.

2.- Si no se es el poderoso, se le da la razón al fuerte o al poderoso para quedar bien con él, y aliarse con el poder. O en caso del conocimiento, se le da la razón a la vaca sagrada simplemente por ser vaca sagrada.

C.1). Ejemplo de la múltiple Aplicación (en la política, filosofía y en el ámbito familiar):

Porque lo dice…. El Presidente, El tirano,la Vaca Sagrada(Platón, Aristóteles, Santo Tomas, Kant, Hegel, Marx o Heidegger….), Mi Jefe o Mi Padre.

C.2).- Ejemplos de la múltiple aplicación a la evasión de los conflictos humanos (Como una forma de evasión de nuestra propia oscuridad, o  en otras palabras, de ocultamiento de nuestros propios conflictos):

No Hay conflicto porque yo lo digo…..Yo tengo la razón y tú estas mal……Porque lo dice “X”.

C.3).- Explicación: En esta forma de evasión del conflicto, se niega el punto de vista del débil o del menos favorecido, para obtener la más cómoda para el poderoso.

4.- Los Escépticos y Pirrón:

A).- Aunque lo Pirrón el padre del escepticismo no escribió, tuvo algunos seguidores, mismos que se dieron a la tarea de reducir la doctrina escéptica a unos cuantos postulados, a nuestro parecer, estos son los tres principales postulados gnoseológicos de la corriente filosófica escéptica:

1).- Dudar de toda afirmación.

2).- Porque, lo único que podemos conocer es la mera apariencia, y solo se puede afirmar las cosas con “Esto me parece así”, “Puede que así lo sea”.

3).- Por lo tanto, todas las opiniones son relativas.

4).- Ante la relatividad de opiniones lo mejor es suspender el juicio.[4]

B).- Generando un Método de la evasión a partir de los postulados escépticos.

1).- Poner en duda de todo.

2).- Mantener que toda afirmación que se postule es meramente aparente.

3).- Mantener que toda afirmación que se postule es relativa.

4).- Suspender el juicio afirmando que no se tienen suficientes elementos.

C).- Aplicación en la política actual.

1).- Se encuentra que un empleado (Bejarano en el caso de López Obrador), o un grupo de apoyo (Amigos de Fox), de un jefe de gobierno es culpable de corrupción. Se le pregunta al jefe si es cierto, niega la acusación y mantiene que todas las afirmaciones sobre el caso son aparentes y relativas; cuando ya no puede defender el caso opta por reservarse su derecho a opinar dado a que no se tienen elementos suficientes; mas no se queda ahí sino mantiene que nadie tiene derecho a opinar por falta de elementos suficientes.

2).- Se duda de manteniendo una pregunta recurrente como: ¿Por qué?, o se invalida toda afirmación que se oponga al discurso, con frases que ponen en suspenso lo expresado como: “Los elementos son insuficientes “, “Lo dicho hasta ahora es mera apariencia (o es mentira)”, “no lo creo”, etc.

5.- El Escepticismo de Agripa como recapitulación de algunos elementos.

A).- Postulados:

1.- La diversidad de opiniones a propósito de los mismos objetos. (Este postulado en la frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”) También se puede vincular al relativismo o al perspectivismo, del que da cuenta Nietzsche.

2.-  El proceso al infinito que implica toda prueba de algo (es decir que cualquier prueba o demostración estriba en asertos que han de ser probados  a su vez y así sucesivamente).

Aplicación.- Ante toda pregunta insistente del otro, se le puede responder de forma a medias y evasiva de tal modo que  nuca se llega a una última repuesta, en donde realmente se de respuesta a la pregunta inicial, generando mesas de diálogo que no llevan a ningún lado. (En este sentido tiene un parecido el proceso de sucesiones negativas que obtenemos de nuestra reflexión sobre sofistica de Gorgias, pero a diferencia de que siempre de que en vez de negar, se pone un pretexto, tras otro pretexto de forma sucesiva.)

3.-La Relatividadque implica el que los objetos les parezcan diferentes a unas personas y a otras, según el temperamento, etc., del sujeto perceptor y según su relación con los demás objetos. (Al igual que la uno tiene que ver con Protágoras)

4.- Lo arbitrario de las afirmaciones dogmáticas que se toman como punto de partida para eludir el regreso al infinito. A semejanza de la segunda, se  produce un diálogo sin fin.

5.- El circulo vicioso en que se incurre al dar por supuesta necesariamente la prueba de cualquier cosa la conclusión de la misma cosa que ha de probarse.[5]

Forma lógica: A ¬ B, B ¬ A; Ejemplo: Si dios existe es por la grandeza del universo, si el universo es grandioso es  porque dios existe; (Entre A y B Se pueden volver a poner una infinidad de premisas, de forma análoga a la premisa dos).

Aplicación:

1.- El secreto no se dice porque la ley así lo marca.

2.- La ley lo marca así porque para mantener el secreto.

El Escepticismo, puede acentuarse, a través de acentuar la actitud de indiferencia y ninguneo frente a las interrogantes del otro.

6.- Retórica de la ironía Sofística o Cínica.

Podemos ver como a la ironía Filosófica como un proceso que muestra la verdad sin necesariamente decirla, para comprender esto veamos a la verdad como el rostro y a la mentira como la máscara, antes del proceso irónico la mascara (la mentira) se confunde con el rostro (la verdad), es opaca porque oculta lo que realmente es, y a través del proceso irónico la mascara (la mentira) muestra su verdadero ser, se muestra en este sentido como mascara (mentira); al mostrarse como mascara (mentira) se vuelve transparente, mostrando tras de sí el rostro (La verdad). Así lo vemos con la ironía Socrática, que se muestra a través de un proceso mayéutico.[6] El proceso irónico en este sentido trata de ridiculizar la mentira a través de preguntas  que apunten a su falsedad.

La ironía sofistica o cínica opera de forma inversa, trata de pasar la verdad por mentira, ridiculizándola, haciéndola parecer absurda, y a la mentira la muestra como verdad; la ironía sofistica se manifiesta en la actualidad en las llamadas mordidas, es decir, los sobornos a la autoridad por hacerse de la vista gorda. Un ejemplo son los patrulleros que le piden al detenido por una infracción de tránsito un “bono de cooperación para la causa”, cuando en realidad piden un soborno. Invierten el significado de lo que piden para hacer pasar algo que esta bien, como algo que está mal; lo que se evade aquí es lo que realmente se está haciendo a través del engaño o de lo que lo mismo “la mentira”. El lenguaje de la mafia, del crimen y de la corrupción se estructura desde este tipo de ironía.

Así la ironía sofistica se distingue por nunca llamarle a las cosas por su nombre, ejemplo: al robo se le llama tomar algo prestado, negociar hacer justicia a los pobres o hacer una diligencia; mentir es dar otra perspectiva de lo real para no escandalizar, es proteger, cuidar; al asesinato poner a dormir alguien, cerrarle los ojos/los ojales, llevarlo a un viaje sin retorno;  a la violación hacer gozar a alguien a la fuerza, a la tranza negocio; a la venta de drogas, venta de dulces, bautizando a cada droga con el nombre de un dulce; a la mordida una donación para mis hijos o para los necesitados, o un donativo para las tortas o los chescos. La palabra que invierte, que seduce, que crea aquel mundo que queremos ver, porque el real no lo soportamos. No hay mentira que mienta y no sea verosímil, la mentira para mentir debe disfrazarse de verdad, debe hacer soñar y poner al incauto en un largo sueño. La verdad queda oculta entre mil mascaras, la verdad invertida. Toda mentira tiene algo de lo que los griegos llamaban “Eikos”, de metáfora y representación, de verosimilitud. Si no, ya no engaña. De tal forma que toda mentira tiene algo de verdad.

Es interesante observar que se puede pasar cualquier discurso honesto por uno deshonesto, acusándolo desde la ironía sínica de ser un discurso sofístico, inclusive se le puede atribuir mañosamente cualquier forma de la retórica de la evasión aquí mostrada; al final todo se convierte en un juego de perspectivas, ilusiones, apariencias y percepciones.

La ironía sofística es el idioma de los políticos, del mercado, de la seducción, del timo y del crimen organizado, que van de la mano de la corrupción, el juego del poder; para desbaratar este juego, evidenciarlo, desmoronarlo, es necesario recuperar la tarea socrática para la actualidad. Por ende, frente a la ironía sofística, o lo que actualmente se le mal llama cinismo (lo digo porque los Cínicos originales eran más cercanos a Sócrates), lo que sigue existiendo en contraposición es la ironía filosófica, respaldada por el escándalo, por jugar con la opinión internacional, por el buen uso de los medios masivos de comunicación, por las manifestaciones, por el fortalecimiento de la legalidad y el estado constitucional,  aún así no hay garantías, tan sólo un largo camino en el que uno avanza paso a paso.

7.- Tácticas del timador, o de cómo hacer parecer el engaño como algo veraz.

Estas tácticas son las mismas que usa el literato de escritura fantástica o relato de ficción para convencer y seducir a su lector, el escritor Oscar de la Borbollalas muestra en el capítulo de la verosimilitud en su manual de creación literaria:[7]

1).- Establecer una proporción entre el elemento fantástico (o el engaño) y los elementos convencionales; Algunas tácticas para lograr esto son: el adelantarse a la sospecha de lector (o de la víctima del timo), haciendo aparecer como primer extrañado del hecho extraño al personaje (o al propio timador); presentar la subjetividad de los personajes como algo completamente común y corriente.

2).- Otra forma consiste, en saturar la trama de acciones, en la literatura se manifiesta sobre todo en la mitología y en los cuentos fantásticos como el seños de los Anillos de Tolkin, o la historia interminable de Michel Ende; En el timador se muestra en cambio en su forma de hablar rápido, contando rápidamente una historia sin dejar pensar al timado.

3).- Decirle al otro la mentira que quiere escuchar y no la verdad que no quiere aceptar; Podemos aquí añadir los móviles, que sugiere Aristóteles en su obra “La retórica”, Buscando en el interlocutor aquello que le produce A).- Felicidad B).-  Utilidad y C).- Placer.

4).- Inventar referencias sustentadas en los medios y autoridades a los que la mayoría de la gente les cree como: medios como: Radio, televisión, prensa escrita, etc.; y Autoridades como: científicos, intelectuales, estrellas del mundo del espectáculo, etc.

Añadiría Otras que no menciona Oscar en este Libro:

5).- Premio y Castigo; Prometerle un bien a cambio al lector o al timado para que crea, aunque no necesariamente cumplírselo. (La mayoría de las veces, en la práctica no se cumple y en esto consiste precisamente parte del timo, aunque a veces en parte si se cumple). Amenazar debajo del agua, generando miedo, diciendo aquello que le va a causar y no creer en el discurso.- siguiendo a Aristóteles: infelicidad, inutilidad y dolor.

6).- Repetir lo que queremos, como si fuera la verdad múltiples veces, hasta generar la percepción que deseemos de la realidad, tal como lo proponía Goebbels, el brazo derecho de Hitler.

7).- Generar y maquillar el discurso a partir de lugares comunes, tópicos y creencias aceptadas.

Ejemplos de lo anterior pueden ser:

1).- Los anuncios comerciales, sobre todo los que se contratan a bajo precio para vender productos de dudosa calidad, como:  el de un jabón para la ropa que solito lava la ropa, La premisa uno se muestra en el extrañamiento de uno de los personajes del comercial al no creer lo que está pasando; la dos en el otro personaje satura el trama de acciones al mostrar todo lo que puede hacer el nuevo jabón; la tres en el hecho de presentar algo que el espectador quiere creer aunque no sea verdad y la cuatro al usar como medio de expresión: la radio, la televisión, la prensa escrita y en apoyar el comercial en opiniones de científicos (que describen un hecho que no necesariamente tiene que ver directamente con la efectividad del producto o que muestran como opera supuestamente el producto), en personas famosas, etc; la cinco al prometerle que si compra el jabón se llevara otros accesorios a un buen precio a demás de que va a solucionar gran parte de sus dificultades vivénciales, como conseguirse una chica o un galán porque el olor que deja el jabón es irresistible, con el nuevo jabón que aparentemente puede hacer todo, — el producto aparece como la solución a todos nuestros problemas y como un ser omnipotente. — Puede que el anuncio comercial  no nos mienta respecto a los accesorios que vienen con el jabón, pero si respecto a su efectividad y al hecho de que al usar el mismo vamos a conseguir pareja como por arte de magia.

2).- Un buen relato fantástico, un buen relato de ficción, la forma de operar de un buen comerciante o de un buen timador pueden ser otros ejemplos.

8.- El Victimismo.

A) El victimismo ha sido estudiado por los psicoanalistas, podemos resumir sus premisas a las siguientes:

1).- Existe un hecho negativo en el cual se ve uno implicado.

2).- Hay que distanciarse del hecho y ocultar toda evidencia que nos ligue al mismo.

3).- Buscar y asignar un culpable al hecho.

4).- Denunciar el hecho como un ataque personal.

5).- Utilizar medios para mostrase como victima, salvador y héroe incomprendido desde un chantaje emocional.

6).- Obtener compasión, solidaridad y popularidad.

7).- Esperar el siguiente hecho y reiniciar el ciclo.[8]

B).- Ejemplo: Desgraciadamente actualmente casi todos los políticos destacables quieren deshacerse de algo que los inculpan, afirmando que es un complot en su contra; aunque también es cierto que pudiera haber un político honesto que aparentemente cayera en esto, entonces surge la siguiente pregunta polémica: ¿Este político sigue esta forma de la retórica, o tal apariencia o proyección es producto de los medios y de los ataques de otros políticos, todos ellos guiados por intereses mezquinos del poder?


9.- Tres  consejos para la conformación de retoricas maquiavélicas, de uso común en las estrategias de mercadotecnia y en el discurso político contemporáneos:

  1. Maquiavelismo actual: para obtener lo que quieres promete Ilusiones, aunque no siempre las cumplas y cuando te reclamen, promete más ilusiones. Mantén un espejismo de esperanza aunque al final nada tangible ofrezcas; cuando negocies o vendas una idea: el compadrazgo, la camaradería, los intercambios, los trueques y dobles sentidos son indispensables. Así cuando no puedas cumplir una promesa échale la culpa a al/los otro(s), a las circunstancias, y vuelve a prometer otra cosa; así el juego es como mantener un espejismo en el desierto, un oasis, un paraíso que nunca llega, siempre falta un poco de camino, un poco de tiempo pero nunca se llega. Existen varias formas de contra-restarlo, una de ellas es comprometer la palabra del otro frente a otros y hacer que se trague sus propias palabras, exponer al otro de tal forma que no se pueda desdecir, hacerlo caer en contradicciones, o más fácil simplemente cortar por lo sano alejarse de esa relación; así perderá algo que nunca jamás podrá recuperar, la relación que tiene con uno; lo cual es un golpe sin retorno.
  1. Cuando trafiques con vicios o crimines, uno de tus mayores obstáculos será la emoción de culpa de los demás, por ello tendrás que usar una ironía sofística y justificar el vicio/el crimen (Ver apartado 6), al significarlo como algo que todo mundo hace, que es bueno, saludable  y natural. Así las drogas serán relajantes y/o revitalizadoras, formas de tener estados de conciencia alterados o de generar mayor creatividad, la pornografía una forma más de ganarse la vida, una buena opción para niñas y niños, bonitos y bien, el robo una forma de hacer justicia.
  1. Cuando vendas algo, véndelo como algo que el otro se merece, que no sólo se lo ha ganado sino que  también le es necesario.

10.- Retórica de la propaganda de Guerra. (Un ejemplo actual de la sofística)

Podemos ver como las estructuras retóricas sofistas han evolucionado hasta la actualidad logrando combinar todos los postulados anteriores, en el análisis que hizo Anne Moreli en su libro: Principios elementales de la propaganda de guerra” el cual refiere a las guerras del siglo XX.[9] La autora establece una serie de premisas que tienen como fin mostrar los principios elementales de la propaganda de guerra:

1.- No queremos la guerra.

2.- El adversario es quien quiere la guerra.

3.- El líder enemigo es Satán, es abyecto y un trastornado mental.

4.- Defendemos una causa justa y no intereses particulares. (Además también puede ser: una causa sagrada).

5.- El enemigo hace atrocidades, más allá de la imaginación; nosotros sólo daños colaterales.

6.- El enemigo viola las leyes de la guerra.

7.- Todo aquel que está a favor del enemigo es Satán y también es nuestro enemigo.

8.- Todo aquel que no nos apoya o nos critica está a favor del enemigo y por lo tanto es también nuestro enemigo o es un ingenuo. (Algunos de los principales perjudicados con está premisa, en la política estadounidense actual, son intelectuales Estadounidenses como: Noam Choamski,  Susan Sontag, Oliver Stone, Michael Moore, etc. (A los cuales se les censura)).

9.- Las perdidas del enemigo son muchas y las nuestras sólo son un rasguño, resultados de pequeños incidentes o de fuego amigo.

10.- Los soldados aliados son los rescatadores del pueblo oprimido, son héroes y su estancia en el lugar es humanitaria. (Algunas imágenes televisivas que apoyan esto son: Soldados repartiendo ayuda en alimentos y rescatando bebes.)

Las premisas anteriores suponen una postura donde aquel que la sostiene es a la vez héroe y victima, mientras que el oponente en tanto que otro distinto que sí, es inhumano y es Satán. La retórica de la propaganda de guerra en el siglo XX ha sido utilizada por un lado por los intereses económicos centrados en la industria, el petróleo y el comercio y por el otro para mantener los intereses de poder centrados en la popularidad de un jefe de estado y en la votación en una aparente democracia. Póngase como ejemplo cualquier guerra en la que haya participado Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX.

La estructura básica de la misma consiste por un lado en disminuir o negar todas las cualidades de la posición contraria a la de uno, desacreditándola, exagerando e inventando sus defectos o errores y negándola lo más posible;  y por el otro: Desconocer  o evadir todos los defectos de la propia posición, justificándola, elogiándola, exagerando e inventando todas sus virtudes lo más posible. Lo anterior genera una visión maniqueísta entre el héroe victima  y el criminal victimador.

11.- Conclusión:

La peor consecuencia de la retórica de la evasión, es cuando una persona la aplica así mismo,  produciendo falsos testimonios de sí mismo, al esconderse de su propia oscuridad; Ya sea a través de negaciones sucesivas como en  el caso de Gorgias; relativizando los puntos de vista, negando la posibilidad de un criterio para elegir la mejor posición,  como proponía Protágoras; dándole la razón al mas fuerte, poderoso o favorecido, negando el punto de vista del débil o del menos favorecido, para obtener la mas cómoda situación para el poderoso como Trasímaco;  volver dudosa, relativa y aparente cualquier opinión al respecto de algo como los escépticos, para finalmente suspender el juicio propio e invalidar el de los demás; generando un timo como en los anuncios comerciales, o  haciéndose pasar por el héroe victima frente a un aparente criminal victimador como la retórica de guerra estadounidense.

En la retórica de la evasión se supone que ya se resolvió lo que no se ha resuelto, que no hay problema en donde hay problema, que la realidad es distinta a como realmente es, huyendo así de si mismo (Ejemplo.- Frases como: No hay problema…, ¿Cual Problema…. No es mi Problema…., etc).  Esto provoca una falsa seguridad de que si se evaden los conflictos estos por sí solos se van a resolver o a desaparecer, y en exceso es una actitud inmadura al no enfrentar cara a cara la realidad. Esta retórica de la evasión no ha sido siempre un procedimiento generado a través de una estratégica planeación, sino que es uno de los “modos inauténticos del ser”[10] más común y natural que existe, tanto que no nos damos cuenta, cuando lo aplicamos; En ciertas ocasiones resulta necesario, como una forma de protección a la intimidad del propio ser, al ser de otros y/o a ciertos intereses, pero en el común de la gente, la mayoría de las veces, le da un uso que es excesivo.


Índice

1.- Gorgias: 1

2.- Protágoras: 3

3.- Trasímaco: 4

4.- Los Escépticos y Pirrón: 4

5.- El Escepticismo de Agripa como recapitulación de algunos elementos. 5

6.- Retórica de la ironía Sofística o Cínica. 6

7.- Tácticas del timador, o de cómo hacer parecer el engaño como algo veraz. 8

8.- El Victimismo. 9

9.- Tres  consejos para la conformación de retoricas maquiavélicas, de uso común en las estrategias de mercadotecnia y en el discurso político contemporáneos: 11

10.- Retórica de la propaganda de Guerra. (Un ejemplo actual de la sofística) 11

11.- Conclusión: 13

Índice. 14


[1] Cfr.- Clémence Ramnoux, “Los presocráticos” en Historia dela Filosofía. Ed. Siglo XXI. México, 2006. Vol II, p. 33;  Frederick Copleston. Historia dela Filosofía. Ed. Ariel. Vol. 1. pp. 100 – 101; G.W.F. Hegel,  Vol. II.  Historia dela Filosofía, Ed.- Fondo de Cultura Económica. México. 1955. pp. 35 – 39.

[2]  Cfr.- Clémence Ramnoux, “Los presocráticos” en Historia dela Filosofía. Ed. Siglo XXI. México, 2006. Vol II, p. 36. Frederick Copleston. Historia dela Filosofía. Ed. Ariel. Vol. 1. p.106. G.W.F. Hegel. Historia dela Filosofía,  Vol. II.  Ed.- Fondo de Cultura Económica. México. 1955. pp. 29 – 34.

[3] Cfr.- Platón,La República, Ed. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 2000. pp. 16 – 17; Platón,La República, Ed. Porrúa. México. 2001. p. 12.

[4] Cfr.- Jean Paul Dumot, “Pirrón y el escepticismo antiguo” en Historia dela Filosofía. Ed. Siglo XXI. México, 2006. Vol II, pp. 267 – 271. Frederick Copleston. Historia dela Filosofía. Ed. Ariel. Vol. 1. pp. 409 – 410. Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos mas ilustres, Ed. Tomo. México. 2004. 319 – 332; G.W.F. Hegel. Historia dela Filosofía,  Vol. II. Ed.- Fondo de Cultura Económica. México. 1955. pp. 426 – 428.

[5] Cfr.- Frederick Copleston. Historia dela Filosofía. Ed. Ariel. Vol. 1. pp. 437; ; G.W.F. Hegel. Historia dela Filosofía,  Vol. II. Ed.- Fondo de Cultura Económica. México. 1955. pp. 436.

[6] De pregunta – respuesta – ironía y vuelta a la pregunta, donde se parte de lo inmediato y particular para finalmente llegar a lo abstracto. Mayéutica es el arte de ayudar a dar a luz, originalmente es el arte de las parteras, pero en el método socrático es el arte de ayudar al otro a dar a luz la verdad. (La analogía entre verdad-rostro y mentira-mascara es del Filósofo Gabriel Alvarado Natali).

[7] Cfr.- Oscar deLa Borbolla, Manual de Creación Literaria, Ed. Nueva Imagen. pp. 31 – 53.

[8] Consulte a Sigmond Freud o algún manual de Psicoanálisis.

[9] Entrevista de Anne Marie Mergier a Anne Morelli; Revista Proceso, N 1353,6 de octubre del 2002. pp. 53 – 56.

[10] Vid.- Martín Heidegger. Ser y Tiempo. Ed. Fondo de cultura Económica. México. 1944. pp. 185 – 200.


Hello world!

Welcome to WordPress.com. After you read this, you should delete and write your own post, with a new title above. Or hit Add New on the left (of the admin dashboard) to start a fresh post.

Here are some suggestions for your first post.

  1. You can find new ideas for what to blog about by reading the Daily Post.
  2. Add PressThis to your browser. It creates a new blog post for you about any interesting  page you read on the web.
  3. Make some changes to this page, and then hit preview on the right. You can alway preview any post or edit you before you share it to the world.